Algún día hablaremos por aquí de la Motown, la discográfica que grabó en los 60 algunas de las mejores canciones de la historia del pop, el sello que inventó el sonido de la joven América, la fábrica de éxitos más impresionante que han conocido los tiempos. Algún día hablaremos de Berry Gordy, el cerebro que construyó una factoría -en el más estricto sentido de la palabra- musical que tenía en plantilla a decenas de compositores fabricando hits como churros que el propio Gordy iba asignando a los diferentes artistas del sello ('Please Mr. Postman' para Marvelettes, 'My Guy' para Mary Wells, 'Dancing in the street' para Vandellas, 'My Girl' para Temptations...). Algún día hablaremos también de Diana Ross, de su voz y su egocentrismo, de sus celos de las otras Supremes, de su relación con el capo del sello y de su obsesión por triunfar.
Algún día hablaremos de todo ello, pero hoy no. Hoy limitémonos a escuchar 'Come see about me', uno de los muchos éxitos de las Supremes, una de esas canciones que ponen una sonrisa en tu boca y hacen desaparecer los problemas durante dos minutos. Qué maravillosa es la música cuando es (parece) tan sencilla.
1 comentario:
Incluso un sábado funciona la canción.
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