miércoles, 23 de noviembre de 2011

El punk de Mourinho contra la psicodelia de Guardiola

Johnny Rotten
José Mourinho llegó al Madrid y a la liga española con insolencia y chulería, dispuesto a dinamitar la escena existente, decidido a no pasar desapercibido, como un Johnny Rotten al frente de los malencarados Sex Pistols. O quizás como el Malcom Mclaren que diseña en la sombra una calculada estrategia. El Madrid, con Mourinho al mando, se convirtió en una vertiginosa apisonadora. En el Bernabéu sonaba una música poco elaborada pero contundente. Guitarras aceleradas y percusión simple y potente. Punk salvaje sin un momento de pausa. Rápido y directo, poco pulido pero punzante e incisivo. No importaba tanto que el sonido estuviera perfectamente ensamblado, que cada instrumento se encontrara cuidadosamente afinado, como que fuera efectivo cuanto antes, que calara el mensaje. Demoler, demoler, demoler. No había tiempo para florituras. No fun.

Cuando Mourinho aterrizó en Madrid, el Barcelona llevaba ya un par de años deleitando con su pop psicodélico. Pep Guardiola había recogido la semilla psicodélica plantada por Rijkaard y la había perfeccionado, logrando un sonido armonioso e imaginativo, con querencia por la melodía sin desdeñar la experimentación. El Barcelona son los 13th Floor Elevators de ‘You’re gonna mis me’. Guardiola es el Captain Beefheart que crea composiciones únicas con su Magic Band, el obsesivo Syd Barret que creó mundos fascinantes con Pink Floyd hasta que perdió la cabeza. El Sargento Pepper con la Lonely Hearts Club Band.

Syd Barret
El peligro que corre ahora el Barcelona es sumergirse en el barroquismo y olvidar lo esencial. Perderse en estériles y aburridos ejercicios de estilo. Divertirse aburriendo. Terminar degenerando en unos Genesis o unos Yes. La psicodelia pervertida: el rock progresivo. Hasta ahora, con contadas excepciones, ha evitado ese camino. Es de esperar que mientras Syd Barret no abandone el mando de la nave la dirección siga siendo la correcta.

La evolución del Madrid esta temporada es notable. Ya no es el equipo que escupe descargas violentas sin sosiego. Han encontrado el placer de la pausa y su sonido se ha enriquecido notablemente. El equipo esta temporada ha adquirido gusto por la melodía. No se trata ya de pegar guitarrazos cuanto más rápido mejor, sin importar la pericia ni la cohesión. Han aprendido a tocar todos juntos, afinados, sin hacer cada uno la guerra por su cuenta, y a administrar sabiamente la velocidad y la calma. Han evolucionado de la suciedad brutal de Sex Pistols al power punk de Ramones, Buzzcocks e incluso Undertones. Se han enriquecido con otras culturas, al estilo de los Clash. Cualquier día vemos a Mourinho moviéndose espasmódicamente a lo Ian Curtis o luciendo las gafas de pasta de Elvis Costello o la melena rubia de Debbie Harry. Del punk al post punk y la new wave, viaje inevitable.

Guardiola, por su parte, está teniendo que, sin traicionar la esencia psicodélica, explorar nuevas vías para no caer en la repetición de la ya conocida receta exitosa. A veces se acerca a la música de baile de unos Stone Roses, otros días prueba con la belleza tóxica de Mercury Rev o se recrea en las singulares melodías de Flaming Lips. Se trata de poner al día el discurso psicodélico, de no dejar que se estanque, pero tampoco se corrompa. Seguir sorprendiendo en cada composición.

Son dos equipos sobrados de talento que interpretan partituras bien diferentes, aunque quizás se parezcan más de lo que ellos mismos crean. No en vano, si tiramos del hilo, tanto punk como psicodelia hunden sus raices en el garage sesentero.

Los buenos aficionados, aquellos capaces de saborear lo mejor de cualquier estilo, están disfrutando de una apasionante temporada, en la que los dos equipos tienen desafíos mayúsculos ante sí. El reto del Madrid es seguir avanzando, seguir añadiendo matices a ese punk directo y descarado. El reto del Barcelona es evitar convertirse en Yes.

11 comentarios:

supersalvajuan dijo...

Hacía años que no escuchaba esa canción de los 13th Floors Elevators, desde que no hay Bulevar. En fin, una joyita de lectura, mandasela a Segurola y al cortador de césped, a ver que dicen.

Javimetal dijo...

El otro estilo que se le puede buscar al Barça de Guardiola (aunque no permite elaborar y retorcer tanto la metáfora como tu elección), sería el post-rock, por la manera en la que basándose en elementos tan simple como la armonía y la melodía, y sin buscar premeditadamente las individualidades (a pesar de las jugadas messiánicas de Leo), crean ambientes oníricos colectivos, atmósferas reconfortantes y elaboradas, sublimes pero que a veces pueden pecar de inocuas y poco empáticas.

Y para hablar también del Madrid, en muchas segundas partes (porque ya ha dejado el partido resuelto) y en muchas visitas, y en bastantes partidos de la temporada anterior, más que esos referentes, se encontraba más cercano al pasajero punk y al rock californiano más de radiofórmula, como unos Bad Religion irregulares o, en los partidos más coñazo, unos RHCP sobrios y aburridos. Ahí sus latigazos podían ser, por compartir décadas, unos trallazos de Ash, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Es el artículo más absurdo de cuantos he leído en los últimos tiempos. Las referencias musicales no son reales, ni acertadas.

Anónimo dijo...

En este blog te puedes hartar de leer artículos absurdos. Es una mina.

Anónimo dijo...

Para anónimo de anónimo: Una opinión puede gustar o no gustar pero si acertar; otra cosa son las ganas de criticar por criticar, pareces Marianico El Barbas. Por cierto, ¿conoces las referencias musicales? Vetusta Morla is death!!

Anónimo dijo...

"las referencias musicales no son reales?"

Tu si que no eres real , fantasma!!!

Larga vida a Belfast Boy

Anónimo dijo...

Para anónimo de anónimo: ¿porqué no son reales ni acertadas?
Explicamelo!!

Anónimo dijo...

Como apasionada del punk me ofende este reportaje, el punk no es sinónimo de violencia y los sex pistols siempre se han caracterizado por la utilización de la ironía, las letras de las canciones siempre han sido claras críticas a la situación que aquellos tiempos sufría la sociedad inglesa, buscaban provocar a los opresores, es el madrid el que hace lo posible por oprimir al pequeño, robar partidos y menospreciar a entrenadores de equipoc con poco presupuesto, realmente os creeis que pepe y compañía dando patadas se puede comparar con the clash?, a mi me recuerdan a alejandro sanz desafinando mientras llora porque los árbitros no les dejan usar porras de policía contra messi

Percival dijo...

Estoy de acuerdo con la apasionada: los Sex Pistols eran en realidad unos samaritanos de la conciencia y Sid Vicious el yerno ideal para hacer de babysitter.

Edwin Medina dijo...

No estoy de acuerdo en muchas cosas que dijiste del punk, ni tampoco en la comparación que hiciste de éste con Mou. De hecho creo que son bastante distintos. Pero me gustó la forma como lo contaste. Siempre será bueno leer artículos sobe fútbol y música. Saludo.

Anónimo dijo...

Este Madrid de Mourinho, contracultural y underground, tiene bastante del primer punk. Como aquél, cuenta con un pequeño pero creciente grupo de seguidores, y con el odio reaccionario de la mayoría bienpensante.

El Barcelona de Guardiola, con sus alardes de virtuosismo, su autoindulgencia y sus pretensiones intelectuales, me recuerda al rock progresivo.

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