jueves, 22 de marzo de 2012

Hablemos de tacones

Anoche, tras terminar el partido Villarreal-Real Madrid, entré en twitter para pulsar el estado de la nación futbolística y ver de qué se hablaba. A los cinco minutos, harto de árbitros, penaltis, expulsiones, robos y villaratos, salí de la red social. Este jaleo insoportable es algo que se repite, cada vez con mayor intensidad, cada vez que juegan Madrid o Barcelona y que está alcanzando últimamente niveles exasperantes, pero anoche colmó mi paciencia, porque a mí lo que en realidad me apetecía era hablar de tacones.

Que nadie se alarme, no pienso ponerme ahora a confesar mis parafilias. El fetichismo lo dejaremos para otro día. El detonante de mis pensamientos fue el primer gol del Madrid, con el fenomenal desmarque y posterior brillante definición de Cristiano Ronaldo, precedido por un oportuno, preciso, sutil, clarividente y maravilloso pase de Ozil con el tacón. Es una pena que un gesto técnico tan bello (y práctico, ojo) como el del alemán pasara inadvertido entre tanto ruido en torno al arbitraje.



La maniobra de Ozil, que ya el año pasado se inventó otro pase de tacón para habilitar a Benzema, trajo a mi memoria a Guti, jugador al que el centrocampista alemán recuerda en cierto modo (sólo en cierto modo): rubios, zurdos, talentosos, intermitentes, con gran visión de juego y una pasmosa facilidad para el último pase. Hace un par de años, jugando contra el Deportivo, Guti se sacó de la manga un taconazo a Benzema que dejó al francés solo para empujar la pelota a gol y al resto de la humanidad con la boca abierta. Unos años antes ya había hecho una genialidad similar en un pase a Zidane. Es posible, sin embargo, que el taconazo que el madridismo recuerde con más cariño, por el escenario y la trascendencia, sea el autopase de Redondo en Old Trafford, antes de asistir a Raúl para poner  velocidad de crucero rumbo a la Octava. No tan conocida, pero igualmente espectacular, es la sensacional asistencia de Kluivert a Saviola contra el Betis. Taconazos sublimes todos, en los que belleza y efectividad andan de la mano.

También hay taconazos menos sutiles pero igual de efectivos, como el violento zapatazo que Cristiano propinó a la pelota para marcar hace escasas fechas contra el Rayo. En esta categoría podemos incluir tantos impresionantes como los de Toquero, CarewHenryKluivert o Mancini. Especiales fueron los goles de tacón de Rabah Madjer y Denis Law. En el primer caso, por atreverse a usar un recurso tan excepcional en una final de Copa de Europa con su equipo, el Oporto, perdiendo 1-0 contra el Bayern. El gol encarriló el partido y los portugueses levantaron su primera Copa de Europa. Muy diferente es el caso del pelirrojo escocés, incapaz de celebrar su gol de tacón marcado con la camiseta del Manchester City que condenaba al Manchester United, el equipo de su vida, al descenso.

Mención aparte merece el gesto de Cruyff, que recurrió a la espuela para, pegado a la línea de fondo y casi sin ángulo enviar el balón al interior de la portería. Un recurso que no hace mucho imitó, aunque en una posición del campo muy diferente, Cristiano Ronaldo. En este apartado de remates acrobáticos tienen lugar preferente Ibrahimovic y Matuzalem, autores de sendos goles impactantes.

Es famosa la leyenda que cuenta que Sócrates solía lanzar los penaltis de tacón. Es una de esas historias que a fuerza de contarse terminan arraigando en el imaginario popular. Es posible que conozcáis a alguien que tiene un primo, amigo o conocido que haya visto a Sócrates lanzar un penalti de tacón en un partido. Seguramente sea el mismo primo, amigo o conocido que guarda bajo llave el vídeo de Ricky Martín, el perro y la Nocilla. Lo cierto es que no existe constancia (yo no la tengo, al menos) de que lanzara ningún penalti de esta forma durante un partido, aunque sí lo practicaba en entrenamientos.

Lo confieso, por si a estas alturas no ha quedado claro: tengo debilidad por los tacones. Por los taconazos, quiero decir. Me fascinan esos golpeos, fuertes o sutiles, bellos y útiles a la vez. Recursos inesperados que proponen una solución idónea a un problema puntual. Nada de estériles y circenses ejercicios onanistas, como el escorpión de Higuita, tan innecesario como peligroso para su equipo, o el penalti a lo Sócrates que circula por internet de un jugador de Emiratos Árabes. ¿Lo hubiera tirado igual de no ir ganando 2-5?

Tacones, como vemos, los ha habido de todo tipo en el mundo del fútbol, aunque no se conoce la existencia de tacones de aguja. En el fútbol tacones y agujas han discurrido por caminos separados. Las únicas agujas de las que parece haber constancia eran las que utilizaban los integrantes del Estudiantes de la Plata (y algún otro equipo) de los 70, para hacer la vida imposible a sus adversarios, y no es probable que aquel recio equipo abusara de sutiles taconazos.

Los arriba citados son algunos de los taconazos célebres que se me vienen a la cabeza, pero hay muchos más. La intención de estas líneas no es elaborar una lista minuciosa y completa. Si alguien se quiere unir a este particular fetichismo mío y comentar sus taconazos preferidos, se agradecen comentarios. Dejemos a los árbitros por un rato y hablemos de tacones.

4 comentarios:

TEBEOBIEN dijo...

mi favorito http://www.youtube.com/watch?v=XvahiUMIA44

masquefutbol dijo...

Sobre penaltis y tacones, el mejor que yo he visto es el de Totti.

http://youtu.be/sTs0GqJnCHg

Javier Martín dijo...

El de Luque es buenísimo. Se deja el balón un poco atrás después del regate y utiliza el tacón como inteligente recurso. Genial.

El de Totti es tipo Sócrates. Tiene mucho mérito pero considero que tiene poco que ver con el fútbol. De igual modo que los Globetrotters tienen mérito pero no son baloncesto. En un partido Totti jamás lo haría, igual que no lo hizo (que me conste) Sócrates. En un encuentro igualado sería una temeridad y en uno decidido, una falta de respeto.

Javier Martín dijo...

Gracias a ambos por los aportes, por cierto ;-)

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