Manchester, 1989. Happy Mondays publican en noviembre el E.P. 'Madchester rave on', dando nombre, sin saberlo, a un movimiento que ya llevaba un tiempo germinando. Unos meses antes, en marzo, sus paisanos Stones Roses habían editado un álbum de título homónimo. A rebufo del Segundo Verano del Amor, nacía el sonido Madchester. Eran tiempos de éxtasis y música de baile, y Manchester era el centro del universo musical.
Mezclando en sabias proporciones pop, psicodelia y dance, Stone Roses habían publicado un clásico instantáneo de la historia de la música pop, confirmando lo que ya habían apuntado en 'Elephant shoe', el single editado un año antes. El disco, repleto de canciones inmortales ('I wanna be adored', 'Made of stone', 'I am the resurrection'), tiene en 'She bans the drums' su tema más bailable y probablemente más popular. Un tremendo e infeccioso hit, carne de estas canciones de viernes. La guinda a un disco sobresaliente.
Cinco largos años tardaron Stone Roses en publicar su segundo disco, el decepcionante 'Second Coming' (1994). Problemas con la discográfica hicieron que el álbum se retrasara, lo cual no hizo más que incrementar unas expectativas que no resultaron satisfechas. Un par de años después, poco después de su desastroso concierto en el FIB de 1996, el grupo decidía separarse.
Cuando, en la cima de su popularidad, los Stone Roses fueron requeridos por los Rolling Stones para telonearlos, los de Manchester se negaron, aduciendo que eran Jagger y Richard los que debían ser sus teloneros. Ellos eran el presente y los Rolling Stones, el pasado. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Ahora los Stone Roses anuncian su vuelta a los escenarios para 2012, sin descartar la grabación de material nuevo. Un retorno que es inevitable acoger con escepticismo. La mediocre carrera en solitario de Ian Brown no contribuye a la ilusión. Tampoco el decepcionante regreso de sus compañeros de viaje Happy Mondays a mediados de la década pasada. Es posible que, para los más jóvenes, Stones Roses signifiquen ahora lo que los Rolling Stones significaban hace 20 años para ellos. No obstante, a pesar de la desconfianza, si tenemos ocasión de acudir a uno de sus conciertos, seguro que cuando la sutil percusión y el potente riff de bajo anuncien el principio de 'She bangs the drums', un arrebato de emoción y nostalgia nos inundará y, por un momento, seremos un poquito felices.
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