"Paul Scholes es el mejor centrocampista de los últimos 20 años"Xavi Hernández
"Scholes es sin duda el mejor centrocampista de su generación"Zinedine Zidane
El pasado fin de semana comenzó la nueva temporada en la Premier League. Un nuevo año con renovados alicientes e ilusiones. Con el United defendiendo el título, el Chelsea de Villas-Boas al acecho y el Manchester City, con su flamante fichaje argentino, dispuesto a dar el salto definitivo. Pero este no es un principio de temporada cualquiera. Una alteración leve pero perceptible se advierte en el fútbol inglés. Una ausencia que flota en el ambiente. Es el año I después de Paul.
Foto: Kinneyking |
Integrante de la generación de David Beckham, Ryan Giggs, Nicky Butt y los hermanos Neville que ascendió al primer equipo del Manchester United a principios de la década de los 90, Paul Scholes formó a finales de la década un fantástico centro del campo con Roy Keane, Giggs y Beckham, creando juego y surtiendo de balones a la pareja Cole-Yorke en el famoso equipo que ganó el trebol en 1999.
Todos recordaremos sus pases precisos y sus goles irrumpiendo en el área desde atrás. Su pelirroja cabellera desplazándose de área a área. A cada uno le vendrá a la mente una imagen recurrente al escuchar el nombre de Paul Scholes. Aquel zapatazo desde fuera del área, aquel remate de cabeza a la salida de un córner, aquella asistencia de 30 metros a Cole o aquella pared con Giggs. Yo no puedo evitar recordar su rostro, mezcla de enojo y resignación, después de que el árbitro Urs Meier le mostrara una tarjeta tras golpear a Deschamps buscando un balón dividido. Manchester y Juventus jugaban en Delle Alpi el trepidante partido de vuelta de la semifinal de Champions de 1999 y esa cartulina significaba que, si el United se clasificaba para la final, Scholes no podría estar en el Camp Nou. Se iba a perder el partido más importante de su vida.
El equipo inglés eliminó a la Juve y aquella final frente al Bayern de Munich terminó con victoria del Manchester, con goles de Sheringham y Solskjaer en los minutos de descuento más esquizofrénicos que recuerdan los tiempos. Impotente, Paul Scholes lo vio todo desde la grada.
Tuvieron que pasar nueve años para que Paul pudiera sacar la espina, en la final que el United venció en Moscú al Chelsea desde el punto de penalti. La tanda de los fallos de Ronaldo, Terry y Anelka. Curiosamente, Scholes tampoco vivió del desenlace en el campo, pues había sido sustituido en el minuto 87 por su inseparable compañero Ryan Giggs.
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En los últimos años había perdido protagonismo en el equipo. Ya no era el titular indiscutible de antaño, pero sí seguía siendo muy útil para Ferguson en determinados partidos o saltando desde el banquillo en los segundos tiempo. Aun así, cuando terminó la pasada temporada decidió colgar las botas. Mejor una retirada digna, debió de pensar, que prolongar un lento declive.
Como cuando entras a una habitación y ha desaparecido ese cuadro en el que casi no reparabas pero ahora descubres que te encantaba. Como el amputado que nota ese incesante picor donde ya no hay miembro. Así siente ahora el fútbol inglés. Ya pueden llegar a Inglaterra todos los Agüeros del mundo, que la Premier se queda un poco huérfana sin Paul Scholes. El único consuelo es que aún nos queda Giggs.
1 comentario:
Precisamente, antes de llegar a la ultima frase, iba a comentar yo lo de Giggs. Que aun sigue dando guerra el tio...
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