Aquella tarde del 26 de junio de 1999, después de una buena siesta y leer algunos tebeos de Spiderman, Juan encendió la tele para ver un partido de fútbol. Se trataba de la final de la Copa del Rey, que enfrentaba en el sevillano estadio de La Cartuja al Atlético de Madrid de Radomir Antic y al Valencia de Claudio Ranieri. Aquel Valencia de Cañizares, Carboni, Mendieta, Farinós y Claudio López contenía ya el germen del equipo que, con Cúper en el banquillo, alcanzaría dos finales consecutivas de Champions en 2000 y 2001. El Atlético, por su parte, vivía unos años complicados después de tocar el cielo con el doblete del 96. La sustitución de Antic por Sacchi en el verano de 1998 no dio los frutos deseados y el equipo, con Antic de nuevo a los mandos, esquivó temporalmente el descenso a Segunda y se coló en la final de Copa.
La final terminó con una victoria rotunda por 3-0 del Valencia, lo que significó que el club che volvió a levantar una Copa (la sexta) veinte años después, pero lo que más impactó a Juan ocurrió pasada la media hora del primer tiempo. Corría el minuto 33 del partido, con victoria por la mínima del Valencia gracias a un gol del Piojo López, cuando Adrian Ilie controló la pelota en la banda izquierda, levantó la cabeza y vio la rubia melena de Gaizka Mendieta corriendo como una bala hacia la frontal. El centro del delantero rumano lo controló Mendieta con el pecho en el borde del área, de espaldas a la portería, y tras rebotar el balón en su muslo, hizo un sombrero a la media vuelta para deshacerse en un instante del marcaje de Santi y Bejbl y batir con la zurda a
Terminado el partido, Jota -que así era como casi todos llamaban a Juan- sintió por un momento un súbito ataque de melancolía. Cogió su moto para bajar por las calles de Granada hacia los bares de siempre, donde solía quedar con ella. La noche, entre raya y raya -¡hasta cuatro millones!- con su amigo Erik, se alargó hasta las 6 de la mañana y hasta llegar a casa no volvió a pensar en ella. Entonces, como le pasaba siempre, le fue imposible conciliar el sueño. En este punto de la historia no termina de quedar claro si el ataque de insomnio es fruto de la añoranza del amor perdido o del consumo masivo de sustancias excitantes. O, quién sabe, puede que fuera el increíble gol de Mendieta, repetido una y otra vez en su mente, el que alteraba su sueño.
- Nota: Fuentes de investigación alternativas sugieren que el gol realmente increíble que Jota contempló pudo ser esta impresionante volea marcada en el Camp Nou contra el F.C. Barcelona en los cuartos de final de la Copa del Rey de aquella misma temporada 1998/99. La conjetura es perfectamente plausible. Cualquiera de los dos goles podría encajar con la fecha en que la canción debió de ser compuesta (el disco 'Unidad de desplazamiento', en el que aparece 'Un buen día', salió al mercado en septiembre de 2000). También cabe la posibilidad de que se trate de un tercer tanto o de ninguno en concreto. Sólo el propio Jota puede sacarnos de la duda.
7 comentarios:
Gran cancion, y menudo gol,no me acordaba de el... a mi el que me venia a la cabeza cuando escuchaba la cancion era el que pusiste debajo, contra el Barça... jeje
Por cierto, menudo equipazo tenia el Valencia de aquella, y como despues de irse cada uno por su lado, ninguno llegó a triunfar fuera de Valencia..
En este Valencia de Ranieri ya estaba la semilla del gran Valencia de Cúper. El dúo Mendieta-López vivía su momento de gloria. Si a ellos sumamos la llegada del Kily y la eclosión de Farinós y Gerard tenemos al Valencia de las dos finales de Champions.
Es cierto que luego ninguno de ellos triunfó en otros equipos. Esas cosas extrañas que ocurren en el mundo del fútbol.
Leí una entrevista al propio jota en la que decía que el gol era el que marcó contra el Barça. De ahí la siguiente frase " y me he puesto triste el momento justo antes de irme", ya que como ha declarado varias veces, Jota es culé.
Pues va a ser el del barça entonces...
EL gol se lo marca a Molina, no a Cañizares como aparece escrito :)
Tienes razón, Vic. Gracias por el aviso. Ya lo he corregido. Fue un lapsus. Evidentemente, si lo hubiera marcado a Cañizares habría sido gol en propia puerta.
Gran documento para una canción mítica!
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