lunes, 8 de octubre de 2012

You'll never walk alone


When you walk through a storm
Hold your head up high
And don't be afraid of the dark

At the end of the storm
Is a golden sky
And the sweet silver song of the lark

Walk on through the wind 
Walk on through the rain 
Though your dreams be tossed and blown 

Walk on walk on with hope in your heart
And you'll never walk alone
You'll never walk alone

Resulta difícil no emocionarse al presenciar la escena de 45.000 almas en comunión entonar los primeros compases de ‘You’ll never walk alone’ antes de que el equipo salte al césped. El ritual ocurre en cada partido que el Liverpool juega como local en Anfield. No puedo imaginar lo que tiene que ser vivir algo así en directo, perdido entre la multitud que canta como una sola voz estos versos sobre la amistad y la fidelidad, siendo uno más entre la orgullosa muchedumbre. No hace falta ser aficionado red para estremecerse. Si el fútbol es algo más que un simple juego, es por cosas así.

‘You’ll never walk alone’ fue compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein para Caroussel, un musical estrenado en 1945 en Broadway. La canción, que aparece dos veces durante el segundo acto de la obra, fue editada en vinilo poco después del estreno del musical, con los protagonistas de la obra como intérpretes, y se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas. Ese mismo año fue versionada por el inigualable Frank Sinatra, llegando al número 9 en la lista Billboard. Años después, en 1956, se rodó una versión cinematográfica de Caroussel dirigida por Henry King, autor de cintas como Las Nieves del Klimanjaro o La colina del adiós. El protagonista de la película fue Gordon McRae, pero el papel estaba en principio reservado para el propio Sinatra. El crooner de New Jersey abandonó el proyecto cuando, al llegar al rodaje, se dio cuenta de que tendría que grabar dos veces cada toma, una para el formato CinemaScope clásico de 35 mm y otra para el CinemaScope 55. La respuesta de Sinatra fue antológica: “No vais a tener dos Sinatras por el precio de uno”.

Pasaron los años y ‘You’ll never walk alone’ siguió siendo objeto de diferentes adaptaciones, desde Judy Garland hasta Roy Hamilton, Gene Vincent o Doris Day. Ya en 1963 Patti LaBelle le inyectó alma negra (años después esta versión sería sampleada por Kanye West en ‘Home’), al mismo tiempo que Gerry & The Pacemakers editaban la versión definitiva, al estilo Mersey sound, el sonido emergente entonces en Liverpool, con grupos como los propios Pacemakers, The Searchers, Cilla Black y, cómo no, los mismísimos Beatles.

Aunque el camino que recorrió la grabación de Gerry & The Pacemakers para convertirse con los años en el himno oficioso de uno de los clubes más grandes del mundo no está absolutamente claro, tampoco cuesta mucho imaginarlo. En aquella época, en los minutos previos a los partidos en Anfield, sonaba por megafonía el top 10 semanal de éxitos. Canciones de Chuck Berry, Tremeloes, The Tornados, The Searchers, Elvis Presley, Animals, Rolling Stones, The Shadows y demás grupos de moda eran acogidas con entusiasmo por los aficionados más jóvenes, que las seguían cantando cuando la megafonía callaba e incluso durante el transcurso del encuentro. Teniendo en cuenta que ‘You’ll never walk alone’ fue número uno durante cuatro semanas en noviembre de 1963, no es difícil suponer que fue en esa fecha cuando surgió la actual tradición. Por cierto, la canción que sustituyó a la de Gerry & The Pacemakers fue ‘She loves you’, de Los Beatles. Buscando en youtube se pueden encontrar imágenes de los jóvenes que abarrotaban The Kop, la grada sur de Anfield, cantando al unísono ‘She loves you’.



Es fácil imaginar que ‘You’ll never walk alone’ debió de empezar como una más de esas canciones que coreaba el público, pero por algún motivo, o varios (su cadencia, su emocionante letra, la épica manera en que la melodía se inflama entre violines para desinflarse justo antes de la última frase), terminó calando en las gradas de Anfield y haciéndose habitual en cada partido. Con el paso de los años, la canción fue lentamente arraigando hasta convertirse en lo que hoy conocemos: el más famoso himno de la historia del fútbol.


En 1971 la banda Pink Floyd incluyó un corte de ‘You’ll never walk alone’ cantado por la multitud de Anfield en su canción ‘Fearless’, incluida en el álbum ‘Meddle’. Con el tiempo, mientras ‘You’ll never walk alone’ era objeto de versiones de todo tipo (Dionne Warwick, Elvis Presley, Aretha Franklin, The Crowd, Johnny Cash...), fue haciéndose famosa entre otras aficiones, que la acogieron como propia, primero en las mismas islas británicas (la adoptaron los hinchas del Celtic de Glasgow y los también escoceses del Hibernia) y luego traspasando fronteras. Es de suponer que al principio la transmisión se realizaría al visitar los aficionados de otros clubes Anfield y quedar asombrados por el espectáculo músico-coral. Hoy, en el mundo globalizado en que vivimos, la difusión resulta mucho más fácil. Ahora ‘You’ll never walk alone’ suena en las gradas de medio mundo, sobre todo en Holanda (Feyenoord, Twente, Cambuur) y Alemania (Borussia Dortmund, Kaisserlautern, Borussia Monchenglabdach, FC Saint Pauli), pero también en lugares más recónditos como Japón, donde es cantada por los hinchas del FC Tokyo. En 2011 los aficionados del Brisbane Roar australiano la usaron para homenajear a los fallecidos en las inundaciones que tuvieron lugar entre 2010 y 2011 en el país austral.

Hasta aquí la historia de ‘You’ll never walk alone’, el inmortal himno que nació en Broadway, hizo fortuna en Liverpool y se expandió por el mundo gracias al fútbol y a la maravillosa pasión de sus hinchas.


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Publicado originalmente en el número 2 de Lineker Magazine.

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