Un triple fallado por Andrés Nocioni desde la esquina a falta de pocos segundos impidió a la selección argentina conseguir el bronce olímpico el pasado domingo frente a Rusia. El final
recordó al de la semifinal mundialista que jugaron los argentinos en 2006 contra España. El mismo protagonista (Nocioni), el mismo lanzamiento desde el mismo lugar de la pista, similar diferencia en contra (dos puntos entonces, un punto el domingo) y parecidos segundos por jugar. Idéntico resultado final: el aro escupiendo el balón y los argentinos lamentando su suerte.
El fallido asalto al bronce frente a Rusia en Londres fue la enésima batalla librada por esta maravillosa generación de baloncestistas (basquetbolistas los llaman allá) argentinos. La generación de los que resisten (Emanuel Ginóbili, Luis Scola, el Chapu Nocioni, Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Leonardo Gutiérrez) y de los que quedaron por el camino (Pepe Sánchez, Oberto). La generación que ha dado al baloncesto argentino una década de gloria sin precedentes.