tag:blogger.com,1999:blog-48224863165986065172024-03-05T07:51:28.943+01:00BELFAST BOYFÚTBOL, MÚSICA POP Y OTRAS HISTORIASAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.comBlogger232125tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-58807800051113141942016-06-18T14:00:00.000+02:002016-06-18T14:03:08.663+02:00Prórroga o amor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYN47lxi4A6WlCakVjuRgdthR8byKiOhsaKti5iUkoLW2H3jjgQWwzeVoBW4e-oQTgmWJ_suhMBU8xSBXfAnFWAarqfS8QynZVZGaP-gpChuFBOf-68sRYh3Eg8hMPmHOG9f8G1x0_qqk/s1600/smicer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYN47lxi4A6WlCakVjuRgdthR8byKiOhsaKti5iUkoLW2H3jjgQWwzeVoBW4e-oQTgmWJ_suhMBU8xSBXfAnFWAarqfS8QynZVZGaP-gpChuFBOf-68sRYh3Eg8hMPmHOG9f8G1x0_qqk/s1600/smicer.jpg" /></a></div>
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Tengo un amigo que nació el mismo día que Alemania y Holanda disputaban la final del Mundial de 1974. Estaba todo listo para el espectáculo en el Olímpico de Múnich cuando, según cuenta él, su madre rompió aguas. Al ingresar en la clínica, el médico, ante la amenaza de perderse el partido, hizo todo lo médicamente posible por acelerar el parto. Felizmente, todo salió bien y, cuando Neeskens marcó de penalti en el minuto dos, mi amigo estaba ya en este mundo y el doctor delante de la tele.<br />
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Contada hoy puede sorprender la conducta de aquel médico, pero resulta comprensible: nadie quiere perderse una gran final. Sobre todo si la juega tu equipo y tú formas parte de la convocatoria, como era el caso de Vladimir Smicer en la Eurocopa de 1996, disputada en Inglaterra. El futbolista checo estuvo a punto de no jugar el desenlace del campeonato por culpa de uno de esos compromisos a los que uno está obligado a asistir por más que le incomode: su propia boda (<a href="http://deportes.elpais.com/deportes/2016/06/14/actualidad/1465929667_168878.html" target="_blank">Columna completa en El País</a>).</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-64087889633590623132015-10-14T21:27:00.001+02:002015-10-14T21:27:40.200+02:00Martín Vázquez y el sexo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQf0zRPbf8gq-s6P6T-VmOsFH1Zd03luf4oOuv6DDynCPRhztHjQ3ol5x8gDQ1RZX-LlN23vW3TaHQdpiWp1cOGDX-sZmHKVaW1R79cRCCaZm4ZAoXIWsNZkqSeqEDkHcovVmTUDxX2Nc/s1600/mart%C3%ADn+v%C3%A1zquez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQf0zRPbf8gq-s6P6T-VmOsFH1Zd03luf4oOuv6DDynCPRhztHjQ3ol5x8gDQ1RZX-LlN23vW3TaHQdpiWp1cOGDX-sZmHKVaW1R79cRCCaZm4ZAoXIWsNZkqSeqEDkHcovVmTUDxX2Nc/s400/mart%C3%ADn+v%C3%A1zquez.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: Arial; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div>
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“El mejor de la Quinta es Martín Vázquez”. Esta frase la repetían los entendidos durante aquellos años ochenta en que el Madrid ganaba Ligas sin parar y fracasaba una y otra vez en su asalto a la Séptima. Muchos consideraban que Rafael Martín Vázquez era el que tenía más talento de <a href="http://librodenotas.com/elultimopartidodegeorgebest/23193/la-quinta-del-buitre">aquella generación</a>, pero lo cierto es que era el único que no terminaba de hacerse sitio en el equipo titular, exceptuando a Pardeza, que terminó emigrando a Zaragoza cansado de luchar contra un mito, según su célebre frase. Salvando las distancias, Martín Vázquez era una especie de Guti: un futbolista de una clase excepcional al que los entrenadores no acababan de encajar, un talento singular que solía desesperar al impaciente Bernabéu. Salvando las distancias, repito.</div>
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Mientras Sanchís, Míchel y Butragueño se convirtieron inmediatamente en ídolos de la afición blanca, la explosión de Martín Vázquez se resistía a llegar. Se hablaba de su frágil físico, de cierta debilidad de carácter, de indolencia, de su poca aplicación defensiva, de que <a href="http://elpais.com/diario/1987/04/11/deportes/545090402_850215.html">el fichaje de extranjeros entorpecía su crecimiento</a> (y eso que entonces sólo se admitían dos por equipo). En fin, los típicos argumentos de ayer y hoy. Hasta que llegó la temporada 1989/90, la del famoso récord de los 107 goles. Aquel año, bajo la dirección de John Benjamin Toshack, Martín Vázquez fue por fin decisivo, brilló como todos los entendidos venían pronosticando desde hacía un lustro. No sólo encontró al fin su lugar en el Bernabéu, sino que se convirtió, de la noche a la mañana, en una superestrella mundial.</div>
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Sin embargo, Martín Vázquez tomó entonces dos decisiones que a mí se me antojaron erróneas: fichar por el Torino y dejarse bigote. No digo que fueran decisiones del mismo calado, pero a saber. Lo primero es más o menos demostrable. Nadie sabe qué hubiera sido de su carrera de haberse quedado en el fútbol español, pero es evidente que su aventura italiana no fue precisamente un éxito. Lo segundo, en cambio, entra en el terreno de la percepción personal. Hay hombres a los que les queda bien el bigote y otros a los que no. Sería una herejía discutir los bigotes de Juan Carlos Arteche, Tato Abadía o Carmelo, el <i>Beckenbauer de la Bahía</i>, pero en el de Martín Vázquez siempre vi algo raro, impostado, como si lo llevara postizo, como esas gafas de broma que llevan un bigote postizo pegado a una enorme nariz. Quizás tenga que ver que en aquella época los labios peludos empezaban a estar desfasados y quedaban reservados a unos pocos valientes (<a href="https://curiosidadesdelfutbol.files.wordpress.com/2012/05/sanchez_jara1.jpg">inolvidable Sánchez Jara</a>). En favor de Martín Vázquez, eso sí, hay que decir que su bigote era mucho más digno que esas perillas candado que <a href="http://www.clubestudiantes.com/galeria/albums/userpics/10006/%237_J_A__ORENGA.jpg">Orenga puso de moda</a> a principios de los noventa (ahí ya debimos sospechar de él) y en seguida hicieron furor entre los futbolistas. Qué desastre estético fue el Mundial 94, entre las perillas, las inútiles tiritas nasales y las camisetas con los horribles rombos de Adidas.</div>
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Pero aparquemos la moda y sigamos con cosas serias. En aquellos tiempos, estábamos un día un grupo de amigos adolescentes viendo la típica película pornográfica en VHS, aprovechando la ausencia en casa de los padres de alguno. Desconozco cómo hacen estas cosas los mozalbetes de hoy, en la era de internet, pero antes, cuando unos padres se ausentaban, allí acudíamos raudos los amigos a hacer lo que se esperaba de nosotros: beber alcohol, fumar y ver cine porno. Durante la película, en un momento dado, el protagonista empezó a realizar el preceptivo cunnilingus a la dama. El efecto producido por la superposición del vello púbico de la chica sobre el rostro del actor fue tal que a uno de mis amigos se le ocurrió gritar: "¡Hostia, si parece Martín Vázquez!" Las risas resonaron en todo el edificio, porque tenía razón: el esforzado actor, de cutis perfectamente afeitado antes de entrar en faena, parecía llevar un bigote idéntico al que lucía el futbolista en aquellos días. Conviene recordar que el canon en cuanto a depilación púbica entonces difería bastante del actual. Desde aquel día, entre nosotros, comer un coño se convirtió en hacer un Martín Vázquez.</div>
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Ajeno a que se había convertido en una especie de icono sexual entre un grupo de chavales del sur de España, Martín Vázquez continuó con su vida como si tal cosa. Jugó en el Torino, marchó cedido al Olympique de Marsella, se dejó barba, volvió al Madrid, se afeitó, fichó por el Deportivo, apareció en <a href="http://elpais.com/diario/1994/04/19/sociedad/766706410_850215.html" target="_blank">una campaña publicitaria de injerto capilar</a>, se reencontró con Butragueño en el Atlético Celaya y colgó las botas en el Karlsruher alemán, quizás no exactamente en este orden. Mientras se producía todo este ir y venir, alguno de nosotros fue conociendo en sus carnes lo que era hacer un Martín Vázquez. Yo, que en mi vida casi siempre he llegado tarde a todo, tampoco fui precoz en esto, para qué voy a mentir. Quizás por eso, cuando por fin lo logré, en vez de acordarme de Martín Vázquez, acudió a mi mente su compañero Míchel. Concretamente, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Mt5J_wqcBlM" target="_blank">su grito contra Corea</a>.<br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="https://www.youtube.com/embed/Mt5J_wqcBlM" width="480"></iframe></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-6471138760469558882015-05-28T19:19:00.000+02:002015-05-28T19:47:49.056+02:00Encadenados: una historia de amor convencional<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzchCTebwkbTYNWRQ1XpqGJOSlVyja-AYYIAYlyWgSdc7elzXziJD4fwjDQiNIJ0hupSHGqc9KObywVDgBaxmk_i8zFPmFI9VJwtzVqyzbDR2NNhB7EAGZ2pBfBhHLDZp2sfk-FfdnwoE/s1600/grant+bergman.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzchCTebwkbTYNWRQ1XpqGJOSlVyja-AYYIAYlyWgSdc7elzXziJD4fwjDQiNIJ0hupSHGqc9KObywVDgBaxmk_i8zFPmFI9VJwtzVqyzbDR2NNhB7EAGZ2pBfBhHLDZp2sfk-FfdnwoE/s400/grant+bergman.jpg" width="400" /></a></div>
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Si se mira bien, la de Encadenados (Notorious, 1946) es una historia de amor de lo más convencional. El resto es secundario: la trama de espionaje, el uranio como McGuffin (un año antes de Hiroshima, ojo), la ambientación en la alta sociedad de Río de Janeiro, el progresivo envenenamiento, el pérfido nazi enamorado perdidamente (magistral Claude Rains), la madre controladora (como la señora Bates, pero algo menos ajada). Todo ello es accesorio, un decorado necesario y maravilloso. Lo verdaderamente, lo únicamente importante de la película es el idilio frustrado entre Alicia Huberman y Devlin, encarnados por Ingrid Bergman y Cary Grant, guapísimos y maravillosos los dos; imposible encontrar reparto más adecuado.</div>
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Se trata, sobre todo, de la historia de un hombre que se debate entre el amor y el deber, entre el amor y el orgullo, entre el amor y la desconfianza, entre el amor y un retorcido sentido de la responsabilidad; un hombre que está a punto de mandar todo a la mierda por no decir dos palabras en el momento preciso. Por qué no me dijiste que me querías, pregunta Alicia ya casi al final. Y es que a veces cuesta tanto decir te quiero.</div>
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Hay en el film dos escenas magníficas que ilustran las dos caras del amor. La primera sucede al principio, cuando Alicia y Devlin están iniciando su idilio. La pareja está en la terraza del apartamento de Alicia y empiezan a besarse mientras se susurran frases aparentemente intrascendentes. Ambos se mueven lentamente hacia el interior del apartamento, sin despegarse, sin dejar de besarse, planeando la preparación de una cena que en realidad significa algo más. Hitchcock logró en esa esa escena el mejor beso de la historia del cine, dos minutos y medio largos de intimidad, ternura y pasión. Un beso prolongado e intermitente, debido a que la censura no permitía que los besos superaran cierta duración, y eso lo hace aún más genial, más intenso y verdadero.</div>
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La escena retrata de manera magistral el inicio del amor, ese momento en que ha surgido algo entre dos personas y todo parece maravilloso, ese instante mágico en que se mezclan ilusión, incertidumbre y deseo. Hay más sensualidad en ese travelling desde la terraza a la puerta del apartamento que en todos los servidores de youporn.</div>
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La segunda escena, hacia el final del metraje, nos encoge el corazón. Alicia, con claros síntomas ya de envenenamiento, se encuentra con Devlin para informarle sobre la evolución de su trabajo. Él le pregunta por su deplorable aspecto y ella, dolida y despechada, atribuye su estado a los efectos de la resaca. Devlin entonces le reprocha su comportamiento de la manera más dolorosa, con sarcasmo. Esa escena plasma el reverso oscuro del amor: la desconfianza, el orgullo herido, los celos.</div>
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La de Encadenados es la historia de amor más conseguida de Hitchcock y, quizás por eso, mi película favorita del director inglés. Es la historia de dos personas que se aman, pero a las que separan la cobardía, las dudas, el despecho y los celos. Nada que no esté pasando ahora mismo en cualquier rincón del mundo. Y ese es precisamente su secreto.</div>
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El mago del suspense vuelve aquí a hacer honor a su apelativo. Pero la verdadera intriga no consiste en saber qué traman los nazis, ni dónde se encuentra la mina de uranio, ni si los malvados serán detenidos antes de que logren sus propósitos. Ni siquiera si el veneno terminará resultando fatal. Lo que realmente nos tiene a los espectadores en vilo durante hora y media es descubrir si el idiota de Devlin dirá al fin te quiero.</div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-13647826865327410322015-05-26T00:33:00.000+02:002015-05-26T22:15:26.009+02:00Cuarenta días para olvidar, un verano de incertidumbre y un final feliz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCjUhyphenhyphenI56CDV2sqs09Z1PSIsPtByY8W3TqUsB8RYVvBsUKmjiWlSBvFhE5tscyZv8Ez-eCoGq_hGPjVXBvCFlC_olcdS48dHBGEx17BiN_IxrEL_3yW8zf8gidijPdLFFUKxERqH5V2Mc/s1600/laso2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCjUhyphenhyphenI56CDV2sqs09Z1PSIsPtByY8W3TqUsB8RYVvBsUKmjiWlSBvFhE5tscyZv8Ez-eCoGq_hGPjVXBvCFlC_olcdS48dHBGEx17BiN_IxrEL_3yW8zf8gidijPdLFFUKxERqH5V2Mc/s400/laso2.jpg" width="400" /></a></div>
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Hay veces en que unas semanas aciagas pueden acabar con todo, pueden sepultar meses de felicidad y tirar por tierra un prolongado idilio. ¿Quién no ha tenido unas semanas horribles en su vida, unos días en los que todo estuvo a punto de saltar por los aires para siempre? El Real Madrid de baloncesto los sufrió entre mayo y junio de 2014, y estuvo en un tris de no contarlo. Lo que sucedió en esos días en los que todo de pronto pareció irse a la mierda nunca lo sabremos con exactitud, por mucho que especulemos. Lo único que sabemos es que una historia de ensueño terminó en pesadilla.</div>
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Tampoco es fácil saber lo que pasó después, durante todo un verano en el que Laso, con contrato en vigor, parecía estar con un pie y medio fuera del banquillo blanco, después de que el club decidiera prescindir de Hugo López y Jota Cuspinera, sus dos ayudantes, sus dos hombres de confianza. El respaldo de Herreros (“No hay debate, Pablo Laso es el entrenador del Real Madrid y tiene contrato”) no convenció a nadie. Hasta que no vimos a Laso sentado en el banquillo madridista en la Supercopa, no terminamos de creérnoslo. Y aun así, durante la primera parte de la temporada, siempre estuvo en el alambre, con el nombre de Djordjevic sobrevolando el ambiente en cuanto cayeron varias derrotas seguidas</div>
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En realidad, Pablo Laso fue discutido desde el primer día, desde el mismo momento de su firma, cuando se montó una manifestación para protestar contra su fichaje. Pero se puso al mando del equipo y la cosa no fue del todo mal, aunque sus críticos no perdían oportunidad para censurar su labor. Lo acusaban de bisoño, de tener nula capacidad de reacción en el banquillo, le reprochaban su supuesta pobreza táctica, se mofaban de sus tiempos muertos porque en alguno se olvidaba del nombre de un jugador o porque llamaba a sus pupilos por sus apodos. ¿Qué entrenador serio llamaría a sus jugadores Chacho y Chimpa?</div>
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A pesar de las críticas, el equipo de Laso fue durante aquella primera temporada tomando forma y mostrando, al menos, una identidad, una personalidad definida, cosa que el Madrid de canastas llevaba mucho tiempo sin tener. En su primera temporada, Laso ganó la Copa del Rey, después de 19 años. En la segunda, consiguió la Liga ACB, después de seis años. El Madrid volvía a ser un equipo competitivo, después de demasiado tiempo. Y todo ello devolviendo la alegría a la afición y llenando las gradas del Palacio. Con sus errores, parecía que la apuesta por el entrenador vasco no había salido mal del todo.</div>
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Laso también consiguió, y no es asunto menor, recuperar a uno de los mayores talentos que ha dado el baloncesto español, un jugador que parecía extraviado para siempre. Sergio Rodríguez había realizado el viaje de ida y vuelta a la NBA con más pena que gloria y a su regreso a Europa, al Madrid de Messina, daba la impresión de haber perdido para siempre aquella chispa juvenil, aquella magia deslumbrante de sus años mozos. Atenazado siempre por la responsabilidad, esquivando el riesgo, temeroso del error que lo devolviera al banquillo, Sergio se había convertido en un jugador opaco, tímido, funcionarial. Laso le devolvió la confianza, lo convirtió en un sexto hombre al estilo de Papaloukas y, en un par de años, el Chacho era nombrado MVP de la Euroliga. El base canario se convirtió en la bandera del equipo, el barbudo icono de un grupo que por momentos evocaba aquel showtime que hizo célebres a los Lakers de los 80.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9_LZiYWZ0HpTe6CQ6zSFkJsgNEiOji0EevvbZbRQEqPcbyJPUe5zc0SnWgWbPhirgyqXW_zAA1mKH2zROhR8ZTfYjiVbQI3tZ40DOqZHNueYFubujIqKxWxJE_fesjuhIkYmHBfQsmEA/s1600/chacho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9_LZiYWZ0HpTe6CQ6zSFkJsgNEiOji0EevvbZbRQEqPcbyJPUe5zc0SnWgWbPhirgyqXW_zAA1mKH2zROhR8ZTfYjiVbQI3tZ40DOqZHNueYFubujIqKxWxJE_fesjuhIkYmHBfQsmEA/s400/chacho.jpg" width="400" /></a></div>
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Porque, si en los primeros dos años en el banquillo blanco Laso había devuelto al madridismo ilusión y títulos, durante la tercera temporada, la 2013/14, la del invierno esplendoroso y la primavera para olvidar, se disparó la euforia. Durante cuatro meses el Real Madrid desplegó un baloncesto maravilloso, ejecutando un juego ágil y vertiginoso que fascinaba al aficionado fiel y llamaba la atención de curiosos atraídos por el run run, de legos que se acercaban con expectación a ver a ese equipo del que todo el mundo hablaba. La apoteosis del lasismo llegó en noviembre, en un partido en el Palacio en el que el Madrid barrió al Anadolu Efes turco, ante el éxtasis de una grada que disfrutaba como nunca. 103-57 fue el resultado de ese inolvidable partido. En aquellos días, el Madrid ganaba partido tras partido con un juego espectacular, superando con asiduidad los 100 puntos, y el Palacio era feliz como nunca. Enganchado a la inercia arrolladora, el equipo ganó la Copa del Rey, con una canasta en el último segundo de Llull. Era todo tan perfecto que a algún pesimista se le encendió la luz de alarma: aquello no podía durar.</div>
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Tanta brillantez tuvo un efecto colateral perverso: la victoria en la Final Four pasó de ser una ilusión a una obligación. Aprendida, se suponía, la lección de la derrota contra Olympiakos un año antes, no había más remedio que conquistar Milán para coronar una temporada prodigiosa. La soberbia semifinal contra el Barcelona, al que se barrió de la cancha, aumentó el favoritismo del equipo de Laso. En la otra semifinal, además, el CSKA, sempiterno favorito, había caído ante el Maccabi, la presumible cenicienta del fin de semana, un equipo al que ni siquiera se esperaba en la Final Four. Ahora o nunca, pensamos todos entonces. El momento había llegado.</div>
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Pero no. Incapaz de contener a un Tyrese Rice en trance, el Madrid volvió a tropezar en la misma piedra de un año atrás y perdió ante el equipo israelí. Fue una derrota digna, en la prórroga, dando la cara y teniendo opciones hasta el final, pero las pesadas expectativas cayeron en ese instante a plomo sobre la plantilla y el cuerpo técnico. A partir de ese momento, el equipo entró en un estado de melancolía tal que, cuando se presentó en la final de la ACB contra el Barcelona, parecía un espectro, una sombra de aquel grupo que había asombrado a toda Europa unos meses antes. La imagen de Pablo Laso expulsado, abandonando la cancha del Palau en silla de ruedas fue el último acto de una temporada que pudo ser gloriosa y terminó en desastre. Algunos pensaron que ese era el fin. Muchos temimos que lo fuera.</div>
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Entonces, los detractores, agazapados durante los meses de vino y rosas, volvieron a emerger. Laso no era un entrenador de grandes partidos, decían. Los grandes entrenadores, los buenos de verdad, siempre le ganaban la partida táctica, decían. Su juego era atractivo pero así no se ganan títulos, decían. Había que fichar a un entrenador ganador, decían.</div>
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Es complicado interpretar lo que sucedió en esas semanas que transcurrieron desde la derrota ante el Maccabi hasta la debacle en el playoff contra el Barcelona. Es difícil explicarse cómo el equipo que había pasado por encima del Barça en Milán, la plantilla que había asombrado al mundo durante meses, terminó desangrándose, convertida en una triste caricatura de sí misma. Cuesta comprender cómo los mismos hombres que poco antes parecían jugar de memoria, a una velocidad endiablada, disfrutando y haciendo disfrutar, parecían de pronto almas en pena sobre el parqué. El caso es que el Madrid perdió la Liga ACB y comenzó el verano más largo. El club decidió prescindir de sus dos ayudantes, lo cual se interpretó como un signo de pérdida de confianza con el técnico, incluso como una táctica para forzar su dimisión. Las horas de Laso parecían contadas. ¿Era posible que el equipo que había emocionado al madridismo como quizás no lo hacía nadie desde Brabender y Corbalán hubiera muerto sin más? Eso nos preguntábamos todos mientras el verano transcurría y el club no daba señales de vida.<br />
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No ha pasado un año desde aquello y todo parece ahora fruto de un mal sueño: aquellos cuarenta días en los que el Madrid vagó como alma en pena, como si se hubiera dejado el alma en Milán, acribillada por los triples de Rice, y aquellos días estivales en el que todos dimos por hecho que el entrenador blanco para la temporada 2014/15 no se llamaría Pablo Laso. Al final resultó que Laso sí era un entrenador capaz de ganar finales, que sí era capaz de ganarle la partida a entrenadores con mayor caché, que sí era capaz de hacer completamente feliz al madridismo, no solo con contraataques trepidantes y alley oops espectaculares, sino con una Copa de Europa después de veinte años. Al final esta historia sí tenía final feliz, aunque costara tres años encontrarlo.</div>
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Fotos | <a href="http://realmadrid.com/">realmadrid.com</a></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-35124994546273352702015-02-16T21:21:00.000+01:002015-03-02T12:26:33.035+01:00Nos vamos a separar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvnW4ZwEQ4vuFubsL93sm_Etx3UM5hAAzB6FOnlXccLbDMF3CT_rUQOwK6IsOwulXpaSXlkX0W0XwlcmfiB7cm-jvsuB_OpKgHYQZPlPnzwz32E-fFznSAoDUJ_6wJsFoPXZZVShXoXHw/s1600/eternal.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvnW4ZwEQ4vuFubsL93sm_Etx3UM5hAAzB6FOnlXccLbDMF3CT_rUQOwK6IsOwulXpaSXlkX0W0XwlcmfiB7cm-jvsuB_OpKgHYQZPlPnzwz32E-fFznSAoDUJ_6wJsFoPXZZVShXoXHw/s1600/eternal.JPG" /></a></div>
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Hay un momento en el transcurso de una relación en el que te das cuenta de que todo ha terminado y por delante sólo queda pesar y melancolía, una agonía más o menos larga, más o menos desgarradora. Resulta un instante extremadamente lúcido y a la vez, precisamente por ello, extremadamente doloroso. A partir de entonces, la historia puede durar cinco minutos o incluso varios años, dependiendo del autoengaño y el miedo de cada cual (hay quien aguanta toda la vida; pocas cosas hay más jodidas que el vértigo a la soledad), pero desde ese instante eres consciente de que se acabó, sabes que la relación está muerta y que el punto final es sólo una formalidad dolorosa.</div>
</div>
<div>
<br />
<a name='more'></a><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">No tiene por qué tratarse de una situación violenta, con gritos, portazos y vajillas rotas. Al contrario: normalmente es peor lo otro, la certeza serena del fin, ese convencimiento de que lo mejor es dejar de hacerse daño lentamente, poner el broche a una historia moribunda, aceptar que, por más que nos destroce por dentro, la historia terminó. Es más duro así, porque ni siquiera existe rencor al que poder agarrarse como coartada para seguir adelante, para forzarte a olvidar; sólo la incómoda sensación de que nada va como debería, de que, en algún momento determinado, o acaso durante una sucesión de pequeños momentos, todo se torció.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 14.8500003814697px; line-height: 20.7900009155273px;">«</span><i>Yo ya no sé si me estoy equivocando, estoy cansado</i></span></div>
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: inherit;">Ya me dirás qué sentido tiene hacernos daño</span></i></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;"><i>Pienso que es lo mejor</i><i><b style="background-color: white; color: #333333; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; line-height: 20.7900009155273px; text-align: start;">»</b></i></span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="https://www.youtube.com/embed/0BYdGOwuT8I" width="480"></iframe></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Y cuando llega el momento del final, en vez de recordar los momentos vividos, felices o desdichados, nuestra mente se ve arrasada por las cosas que nunca hicimos, por todos esos planes aplazados para un mejor momento, convencidos de que ya habría tiempo, seguros de que todos los sueños compartidos se cumplirían tarde o temprano. Ya nunca haremos ese viaje soñado, ya no pasearemos de la mano por ciudades desconocidas, ya no veremos aquella película de la que te hable, ni iremos juntos a un concierto de nuestro grupo favorito. Y ese nombre que acordamos, medio en broma (¿medio en broma?), en aquella noche interminable de confidencias y sueños en voz alta, habrá que guardarlo en un cajón para siempre.</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<i>«We didn't ache enough, spent our days not getting up</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>And now I sing a hymn for all the things we didn't do»</i></div>
<i>
</i>
<br />
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="https://www.youtube.com/embed/hEcRGanjWHg" width="480"></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
La melancolía nos atrapa por momentos y es inevitable que aparezca la tentación de dar marcha atrás, de forzar una prórroga a ver si esta vez sí, a ver si aún estamos a tiempo de recuperar las sensaciones que un día nos hicieron tan felices. La nostalgia nos tiende zancadillas en el camino y, durante un instante, nos dejamos seducir por ella. Pero es una pérdida de tiempo. Por más que nos esforcemos, nada es ya como entonces.</div>
<i><span style="font-family: inherit;"></span></i><br />
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-family: inherit;">«I'll try hard, I'll try always,</span></i></span></i></div>
<i><span style="font-family: inherit;">
</span><span style="font-family: inherit;"></span></i>
<br />
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-family: inherit;">but it's a waste of time</span></i></span></i></div>
<i><span style="font-family: inherit;">
</span><span style="font-family: inherit;"></span></i>
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-family: inherit;">It's a waste of time if I can't smile easily</span></i></span></i></div>
<i><span style="font-family: inherit;">
</span><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: inherit;">Like in the beginning»</span></i></div>
</span></i><br />
<div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="https://www.youtube.com/embed/X0XcNS6mfqA" width="480"></iframe>
</div>
</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Duelen los recuerdos, pero lo hace casi más el pensar que algún día se desvanecerán, la certeza de que lo que hoy sentimos tan intensamente apenas será una vaga reminiscencia dentro de un tiempo. Saber que algún día haremos con otra persona (y, sobre todo, saber que ella hará) cosas parecidas, ser conscientes de que algún día diremos a otra (y, sobre todo, ser conscientes de que ella dirá) frases similares, intuir que volveremos a sentir (y, sobre todo, que ella volverá a sentir) los mismos nervios, el mismo vuelco en el corazón. Ahora nos parece imposible que este dolor desaparezca, que esta opresión en la boca del estómago un día se disipe y se transforme en un vago malestar y, finalmente, en nada. Cuesta aceptar que los sentimientos que un día fueron tan fuertes (que aún lo son) quedarán reducidos a un recuerdo lejano. Pero así funciona esto. Gracias a Dios.</div>
<i></i><br />
<div style="text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<i>«Cuando pase el tiempo conocerás a alguien más </i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y me olvidarás, y es que es lo normal</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Aunque nos dé rabia siempre ocurre igual </i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y nos esforzarnos en disimular»</i></div>
</div>
<div>
<i><i>
</i></i></div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/OyZlcxqIqKY" width="560"></iframe></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-72705090797193458882014-10-24T09:00:00.000+02:002014-10-24T10:33:10.345+02:00Canción de viernes: Gente abollada (Surfin' Bichos)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFthXAiss88Atnn-zF57m8upCtaiHPt4dCIE8HshNtVR-zcyiYNEYQChLm_dY9V8JeKssn-mV-rYMIuLSvPe07mDwbrB8fESZWIC9QISL1vlTt0eAy7330tzIjByaPHKt2tiVxXBQkIx8/s1600/surfin+bichos.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFthXAiss88Atnn-zF57m8upCtaiHPt4dCIE8HshNtVR-zcyiYNEYQChLm_dY9V8JeKssn-mV-rYMIuLSvPe07mDwbrB8fESZWIC9QISL1vlTt0eAy7330tzIjByaPHKt2tiVxXBQkIx8/s1600/surfin+bichos.gif" height="240" width="400" /></a></div>
<br />
Llevaba tiempo queriendo reanimar esta guadianesca sección, que llevaba moribunda desde que <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2014/02/cancion-de-viernes-mr-camping-el-nino.html" target="_blank">El Niño Gusano se asomó allá por el mes de febrero</a>, pero no me terminaba de decidir. Pasa como cuando llevas demasiado sin llamar a un amigo querido. Cuanto más tiempo pasa, más pereza te da. Necesitas una excusa, una chispa que actúe de detonante, y entonces todo fluye, y entonces te preguntas por qué demonios no lo hiciste antes. Anoche me puse a escuchar, después de mucho tiempo, 'La luz de tus entrañas', el disco de debut de Surfin' Bichos. Al escuchar <i>"Pedro vive oscuro y solo en el fondo del bar"</i>, saltó esa chispa.<br />
<br />
En tiempos de zozobra hay que recurrir a los clásicos. A mis clásicos, claro.<br />
<br />
<a name='more'></a>Se podría considerar que <i>Gente abollada</i> fue el principio de todo: el primer tímido hit de los Surfin' Bichos, la canción que cautivó a sus primeros fans, el germen de una dinastía albaceteña que llega hasta nuestros días. <i>Gente abollada</i> estaba ya incluida en la maqueta con la que lograron el tercer puesto en el concurso Villa de Madrid. Con ella participaron en El Salero, un ecléctico concurso musical de TVE presentado por José Manuel Parada. Ganaron. Olvídense de la imagen, de sus rostros juveniles, de la camisa estampada de Fernando, del flequillo de Joaquín Pascual, y céntrense en la música. Y piensen que esto era un programa de TVE en una mañana dominical de 1990.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="400" src="//www.youtube.com/embed/Z4z-_62KevA" width="560"></iframe>
<br />
<br />
Aparte de versiones maqueteras, existen tres grabaciones diferentes de <i>Gente abollada</i>. En 'La luz en tus entrañas' está contenida la principal, la más conocida, con esos metales tan característicos. Poco antes, en 'Surfin' Bichos EP', adelanto del álbum, aparecía una versión de producción más oscura y mate, sin el adorno de los vientos. Por último, está la denominada versión radiografía, que abre el EP 'Gente abollada', publicado pocos meses después del disco. Se trata de una remezcla de la aparecida en el álbum, una versión extendida con un inicio diferente.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/VlKUdsllqFU" width="560"></iframe>
<br />
<br />
No merece la pena hablar de la generación perdida (otro día, si acaso), de pioneros del indie, ni de genios incomprendidos o grupo maldito y adelantado a su tiempo. En todo ello hay parte de verdad, pero lo que realmente cuenta es que Surfin' Bichos sacaron cuatro discos magníficos entre 1989 y 1993 (más un mini LP de versiones escogidas y un disco de rarezas). Cuatro discos que en su día tuvieron un alcance limitado, pero no dejan de ser redescubiertos por generaciones posteriores. Después se separaron y formaron otros proyectos, ramificándose en el árbol genealógico más excitante de la historia del rock español, lleno de escisiones y felices reencuentros. Hasta hoy.<br />
<br />
Regresaron en 2006, pero no sucumbieron, como tantos otros, a la tentación de estirar el chicle. Cumplieron lo prometido: unos cuantos conciertos y adiós. Lo suficiente para ajustar cuentas con el pasado, para paliar un final agridulce, para satisfacer a muchos fans que no pudimos verlos en su día.<br />
<br />
Como en un <i>Walk on the wild side</i> albaceteño, Fernando Alfaro desgranaba en Gente abollada un puñado de vidas al límite, donde se mezclan alcohol, drogas, demencia, muerte y miseria. Los dolorosos recuerdos de Pedro, siempre al fondo del bar; la promesa incumplida de Juanma a su chica, medio muerta en una cama de hospital; la locura de Paco el Loco, pistola en mano, con la mandíbula cuadrada y la mente vacía. Crónicas de la desolación. Historias de gente abollada, luces en la ciudad.<br />
<br />
Y qué desastre.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/-YXJfDG35kk" width="560"></iframe><br />
<br />
________________________________________________________________________________<br />
<br />
T<a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/search/label/canci%C3%B3n%20de%20viernes" target="_blank">odas las canciones de viernes</a><br />
<br />
<iframe allowtransparency="true" frameborder="0" height="330" src="https://embed.spotify.com/?uri=spotify:user:george_best:playlist:2rVoQqTK7M5eaQLcYIjQOY" width="250"></iframe>
_________________________________________________________________________________<br />
<br />
Foto | <a href="http://persephone.cps.unizar.es/General/gente/spd/SurfinBichos/rev/rdl67.html">http://persephone.cps.unizar.es/General/gente/spd/SurfinBichos/rev/rdl67.html</a>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-4267062407539185052014-10-07T12:33:00.004+02:002014-10-07T13:00:49.258+02:00Cinco canciones para cinco aspirantesParece que fue ayer cuando estábamos disfrutando de prórrogas y tandas de penaltis en el Mundial de Brasil y ya está aquí la nueva temporada. Es hora de desembarazarnos del sopor veraniego, de dejar atrás la siempre ligeramente tediosa pretemporada, con su ir y venir de rumores y fichajes, con su reguero de partidos intrascendentes en cualquier confín del planeta, para afrontar la nueva campaña con energía. Para ello nos pueden ayudar estas cinco canciones, una por cada uno de los cinco máximos aspirantes al título de la Premier.<div>
<br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaQfeCd1IVJJU_dNv6CCya16jS5KT0EE2QT53-neFsitG3jWJ06QXc1i4PUywsElgheEAOe-f2wjh9BxdRahq7SxwXolQ7u06Dxb0InlHSNsNBkCfT9k9E7h7YLcMUqpiSbbrN2dsO4nM/s1600/ian+brown.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaQfeCd1IVJJU_dNv6CCya16jS5KT0EE2QT53-neFsitG3jWJ06QXc1i4PUywsElgheEAOe-f2wjh9BxdRahq7SxwXolQ7u06Dxb0InlHSNsNBkCfT9k9E7h7YLcMUqpiSbbrN2dsO4nM/s1600/ian+brown.jpg" height="221" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ian Brown</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div>
<a name='more'></a><br />
<span style="font-size: large;"><b>Don’t Fall (The Chameleons) </b></span><br />
<br />
Aunque sean los más célebres con diferencia, los hermanos <b>Gallagher</b> no son los únicos músicos fans del Manchester City. <b>Mark Burgess</b> no celebró, como Noel, la victoria liguera de su equipo en el césped del Etihad Stadium, pero el bajista y cantante de la banda mancuniana de post-punk The Chameleons, siempre ha sido un citizen de pro.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/pDSnpc1W1Vc" width="480"></iframe>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>Pump It Up (Elvis Costello)</b></span><br />
<br />
Los dos primeros partidos a los que asistió en directo <b>Elvis Costello</b>, siendo un crío, fueron en Anfield y en Goodison Park. Su padre, hincha del Everton, le acompañó a presenciar a los dos grandes equipos de la ciudad en sus respectivos feudos. Ambos partidos se resolvieron de forma desigual para los locales: mientras el Liverpool ganaba por 4-0, el Everton encajó un duro 0-5. Suficiente para un niño de 8 años: Costello se convirtió de por vida en hincha del Liverpool.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/tpprOGsLWUo" width="480"></iframe>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>There Must Be A Better Life (Biff Bang Pow!)</b></span><br />
<br />
Fundador del sello Creation Records, hogar de lo mejorcito del pop inglés de final del siglo XX (Jesus & Mary Chain, Primal Scream, Ride, Oasis, Teenage Fanclub o Boo Radleys, por citar algunos), <b>Alan McGee</b> formó a principios de los 80 la banda Biff Bang Pow!, nombre prestado de una canción de los psicodélicos sesenteros The Creation. Casi tan futbolero como melómano (en una entrevista a When Saturday Comes aseguraba que el fútbol le había servido incluso de ayuda para superar las drogas), McGee fue asiduo a Stamford Bridge durante los 90, los años del despertar del Chelsea, los tiempos de Gullit, Vialli y Zola. Hincha del Glasgow Rangers desde su niñez, se aficionó al Chelsea al trasladarse a Londres.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/0IebtIg8UZ4" width="480"></iframe>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>Better things (The Kinks)</b></span><br />
<br />
Cuando <b>Ray Davies</b> (cuya filiación gunner <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2013/01/ultima-tarde-en-highbury.html" target="_blank">ya comentamos en el número 5 de Lineker Magazine</a>, al hablar del adiós al legendario Highbury) compuso esta canción, a principios de la década de los 80, el Arsenal, su Arsenal, era el equipo ramplón al que las aficiones contrarias gritaban aquello de “one-nil to the Arsenal” y “boring, boring Arsenal”. En los 90 llegaron Wenger, Bergkamp, Henry y compañía para protagonizar los mejores días del club. En la última década el equipo se debate entre un quiero y no puedo, abonados, al parecer, al cuarto puesto perpetuo, mientras sus aficionados confían en que <i>"better things are on the way"</i>. ¿Este año quizás?<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/cXioctDPGn0" width="480"></iframe>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>I am the resurrection (The Stone Roses)</b></span><br />
<br />
¿Será esta la temporada de la resurrección del Manchester United, tras el año sin huella de David Moyes? Tres cuartas partes de los Stone Roses (<b>Ian Brown</b>, <b>John Squire</b> y <b>Mani</b>), hinchas declarados del nuevo equipo de Van Gaal (la otra parte, <b>Reni</b>, anima al otro gran club de la ciudad, el City), seguro que apuestan por ello.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/TbU7oVz0Uq0" width="480"></iframe>
<br />
<br />
----------------------------------------------------------------------------------------------<br />
Texto publicado originalmente en el número 22 de <a href="http://www.linekermagazine.es/" target="_blank">Lineker Magazine</a>.<br />
<br />
Foto | <a href="http://www.fourfourtwo.com/features/ian-brown-sing-when-youre-winning" target="_blank">Four Four Two</a></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-74344837776935217152014-10-02T20:07:00.000+02:002014-10-06T13:32:27.189+02:00A falta de fútbol, geografíaLo primero que hice, cuando se celebró el sorteo de la Champions allá por el mes de agosto, fue correr a Google para ubicar al Ludogorets, uno de los tres rivales que el bombo había colocado en el grupo del Madrid para la primera fase. Resultó ser un joven equipo (fundado en 2001) de Razgrad, una pequeña ciudad búlgara de unos 30.000 habitantes. Casi todo lo que sé de geografía europea lo aprendí gracias a la Copa de Europa (salvo las montañas francesas, que conozco como la palma de mi mano por culpa de Perico e Indurain). Cuando era niño, descubrí ciudades como Rijeka, Anderlecht, Berna, Belgrado, Zabrze, Monchengladbach, Neuchatel, Innsbruck o Luxemburgo, donde jugaban equipos de nombres extraños e imponentes: Young Boys, Estrella Roja, Gornik Zabrze, Borussia Monchengladbach, Spora, Swarovski Tirol. Qué gran invento el de Hanot y Bernabéu para aprender geografía.<br />
<div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsEv5NvF9mImI20IBQhmG8F3ltEEtvPLUBVw3s7RgfK27njAqN78vCPPn8yyzvVi2wlAqTSusQ8Sjmqdh8s9e90RwCJGEUtOYCK1NODaHOnAVuGdRL-LQb1cMDHNK9iYc_FXrQUYE1c-0/s1600/razgrad.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsEv5NvF9mImI20IBQhmG8F3ltEEtvPLUBVw3s7RgfK27njAqN78vCPPn8yyzvVi2wlAqTSusQ8Sjmqdh8s9e90RwCJGEUtOYCK1NODaHOnAVuGdRL-LQb1cMDHNK9iYc_FXrQUYE1c-0/s1600/razgrad.png" height="262" width="400" /></a></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<a name='more'></a>El partido no pasará a la historia europea del Real Madrid. Exceptuando a Isco, participativo y lúcido, daba la sensación de que el equipo prefería estar en cualquier otro sitio. Me acordé, no sé por qué, del play back de Los Planetas en aquel programa de Bermúdez.<br />
<br />
Al poco de empezar el partido, el Madrid cedió un córner. La cosa ha llegado a un punto en que los equipos contrarios empiezan a celebrar los saques de esquina como dicen que se hacía antiguamente en el fútbol inglés: un córner es medio gol. Peinó un búlgaro en el primer palo y remató un tal Marcelinho en el segundo. 1-0. Antiguamente estos partidos que se complicaban podían acabar en drama, pero el nuevo formato Champions <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2011/08/el-dia-que-el-odense-enmudecio-al.html" target="_blank">evita posibles Odenses</a>.<br />
<br />
Poco después Chicharito fue derribado dentro del área y Ronaldo agarró el balón para poner orden. Stoyanov, el portero búlgaro, se estiró bien y desvió la bola. Se levantó pensando que ya tenía algo que contarle a los nietos. Se quedó con tal mal cuerpo Ronaldo que, poco después, en cuanto notó un contacto en el área, se dejó caer. Tiró el penalti al mismo lado que el primero, pero más ajustado, y al portero le faltó un palmo para volver a despejar. Total, tampoco se lo iban a creer los nietos, debió de pensar.<br />
<br />
Mediado el segundo tiempo, Carletto se acordó de Benzema y por fin empezó el rock and roll. Al minuto de pisar el césped, dio un pase a Ronaldo que no fue gol de milagro; poco después marcó a centro de Marcelo, y antes de que el árbitro pitara, le puso un balón a Kroos que el alemán mandó fuera, rozando el larguero. Paradoja: el jugador indolente rescató al Madrid de la indolencia. Parece mentira que aún tenga detractores. Un día Benzema hará la jugada de Maradona contra Inglaterra, pero se la pondrá atrás a Ronaldo para que marque a puerta vacía, y en el Bernabéu más de uno se revolverá: “Esa Luis Suárez la mete dentro”.<br />
<br />
En la recta final, el Ludogorets hizo un cambio: salió el número 88 sustituyendo al número 84, y el partido siguió como si tal cosa. Está cerca el día en que alguno se ponga el doble cero. Robert Parish merece el homenaje.<br />
<br />
Lo único que nos dejó el partido fue aprender a situar Razgrad en el mapa. No es poca cosa: la geografía es un tema importante. Dentro de tres semanas toca visitar Liverpool, ciudad que tenemos más que ubicada. Allí, sin coartada geográfica, convendría ofrecer algo más.<br />
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="background: #eee; background: rgba(255,255,255,0.9); border-bottom: 1px solid #aaa; display: inline-block; padding-top: 64%; position: relative; width: 100%;">
<iframe frameborder="0" name="Ludogorets 1 - Real Madrid 2" scrolling="no" src="http://www.rtve.es/drmn/embed/video/2786435" style="height: 90%; left: 0; overflow: hidden; position: absolute; top: 0; width: 90%;"></iframe>
<br />
<div style="bottom: 0; display: inline-block; font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 12px; left: 0; line-height: 1.833; padding: 5px 0 5px 10px; position: absolute;">
<span style="float: left; margin-right: 10px;"><img src="http://img.irtve.es/css/rtve.commons/rtve.header.footer/i/logoRTVEes.png" style="background: transparent; height: 20px; margin: 0; padding: 0; width: auto;" /></span> <a href="http://www.rtve.es/alacarta/videos/champions/ludogorets-1-real-madrid-2/2786435/" style="color: #333333; font-weight: bold;" title="Ludogorets 1 - Real Madrid 2"><strong>Ludogorets 1 - Real Madrid 2</strong></a></div>
</div>
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-81512684122314436122014-08-13T13:30:00.002+02:002014-08-13T13:43:25.075+02:00Si me necesitas, silba<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySQ11xUrV7gNKwqoHWjNV65R7IoRB8KWf-UCROOpDQ8lYNomxC2aVL4axrFkAGdcmkCHeAdbYF_vPlpLASOTiSOQoF9XXfolPYxbOsYZE35CG-v4Em_j4WACI33Ixss288Y6iyiQ7jCE/s1600/vlcsnap-2014-08-13-13h23m52s97.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiySQ11xUrV7gNKwqoHWjNV65R7IoRB8KWf-UCROOpDQ8lYNomxC2aVL4axrFkAGdcmkCHeAdbYF_vPlpLASOTiSOQoF9XXfolPYxbOsYZE35CG-v4Em_j4WACI33Ixss288Y6iyiQ7jCE/s1600/vlcsnap-2014-08-13-13h23m52s97.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
<div class="normal">
<br /></div>
<div class="normal">
Todo empezó, como tantas cosas en
esta vida, con una conversación entre dos amigos, con una apuesta que en un
principio debió de sonar a fanfarronada. Durante un día de pesca, entre trago y
trago, <b>Howard Hawks</b> aseguró a su amigo <b>Ernest Hemingway</b> ser capaz de realizar
una gran película con la peor de sus novelas. La peor, a juicio del director,
era una obra corta titulada Tener y no tener, la historia de un marino que,
acuciado por problemas económicos, resuelve dedicarse al contrabando.<br />
<br /></div>
<div class="normal">
</div>
<a name='more'></a>Hawks se puso manos a la obra. El
papel principal sería para <b>Humphrey Bogart</b>, en un intento de repetir el éxito
de Casablanca: mismo protagonista, similar ambientación y un guión con muchos
puntos en común. Sólo faltaba ella. Aquí Ilsa Laszlo se llamaría Marie
Browning, aunque Steve (Bogart) la bautizaría como Slim (Flaca). Pero Slim no
tenía la dulzura de Ilsa, ni falta que hacía: ella era independiente,
misteriosa, ácida, irónica y dueña de un pasado oscuro que nosotros apenas
podemos conjeturar. Sin llegar a serlo, sus hechuras son de femme fatale.<br />
<div class="normal">
<br /></div>
<div class="normal">
Quizás en las manos de otra actriz,
<st1:personname productid="la Marie Browning" w:st="on">la Marie Browning</st1:personname>
resultante habría sido diferente. Para el papel el estudio decidió reclutar a
una chica nueva y llevar a cabo una formidable campaña de lanzamiento, táctica
muy de la época. Terminaron eligiendo a una tal <b>Betty Bacall</b>, una joven delgada
y sexy que la mujer de Howard Hawks había descubierto en una revista de moda.
Betty pronto se convirtió en Lauren y el resto es historia.</div>
<div class="normal">
<br /></div>
<div class="normal">
Bacall nos cautiva desde su primera escena, cuando aparece
apoyada en el quicio de la puerta de la habitación de Steve con un cigarrillo
en los labios, reclamando una cerilla con esa voz ronca y sin embargo tan
terriblemente sensual (véanla en VO, por favor). A la primera caída de párpados
ya nos ha enamorado a todos. A la tercera, Bogart dejó a su mujer y le pidió
matrimonio. Dijo Howard Hawks más tarde que Bogart no se había enamorado en
realidad de Bacall, sino de su papel en la película, por lo cual ella tuvo que
seguir siendo Marie Browing durante el resto de su vida. Puede que en boca de
Hawks hablaran los celos: al parecer él tenía otros planes para la joven
promesa rubia. Despechado, cuentan que el director tuvo un affaire durante el
rodaje con la bella <b>Dolores Morán</b>, que tenía un papel secundario en el film.
Como premio de consolación convendremos que tampoco está mal. Bogart y Bacall
hicieron otras tres películas juntos (El sueño eterno, La senda tenebrosa y
Cayo Largo), lucharon contra la infamia maccarthista, tuvieron dos hijos y
comieron perdices durante trece años, hasta que un cáncer se llevó a Humphrey
en 1957.</div>
<div class="normal">
<br /></div>
En Tener y no tener lo de menos es el argumento, una historia de aventuras ambientada en la isla de Martinica con la II Guerra Mundial de fondo. La película va sobre el valor y la amistad, va sobre un cínico egoísta que resulta no ser tan cínico ni tan egoísta. Pero lo realmente importante es la historia de amor, lo que nos atrapa es la química entre Bogart y Bacall, cuyo romance fuera de los focos avanzaba según se consumían metros de celuloide, sus gestos y sus miradas mientras clavan unos diálogos agudos y sutilmente sensuales. Algunas frases se improvisaron sobre la marcha, fruto de un guión que se reescribió varias veces y en el que participó, a requerimiento de Hawks, nada menos que <b>William Faulkner</b>.<br />
<br />
Como sucede en Casablanca, la frase más célebre de la película nunca existió. Si en la cinta de <b>Curtiz</b> nadie pronuncia la celebérrima “tócala otra vez, Sam”, en Tener y no tener no existe la frase “si me necesitas, silba”. Lo que Bacall dice, mientras abandona la habitación de Bogart (gran parte de lo mejor de la película transcurre en el hueco de esa puerta), es: “Sabes silbar, ¿verdad, Steve? Solo tienes que juntar los labios y soplar” ("You know how to whistle, don't you, Steve? You just put your lips together and blow"). Dicho esto, sale por la puerta y Steve se queda intentando juntar los labios con cara de idiota. <br />
<br />
Cuando se casaron, Bogart regaló a su esposa una pulsera con un colgante de oro en forma de silbato y una inscripción: “If you want anything, just whistle” (si quieres algo, silba). Es muy posible que ahí naciera la leyenda de la frase.<br />
<br />
Hawks ganó la apuesta a su amigo Ernest, aunque hizo algo de trampa (transformó completamente la historia, de modo que el film terminado apenas conserva el arranque de la novela), Bogart y Bacall conocieron al amor de su vida y el cine ganó una obra maestra. Todos contentos, incluso Hemingway, que perdió la apuesta pero debió de obtener un buen pellizco en derechos de autor. Y los espectadores ganamos la mirada más sensual, la mejor caída de párpados de la historia del cine, que es tanto como decir de la historia. Y más de uno se quedó para siempre intentando juntar los labios con cara de idiota.<br />
<div>
-----------------------------------------------------------------</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Recupero este texto, <a href="http://www.dentrodelasala.com/si-necesitas-silba/" target="_blank">publicado originalmente en Dentro de la Sala el 30/7/2014</a>, para rendir homenaje a Lauren Bacall, fallecida ayer a los 89 años de edad.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-76609856602266867972014-08-01T18:12:00.002+02:002014-08-02T12:18:28.716+02:00Trece canciones de verano (que no son las típicas)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj24QTcljjwb1QNfRAHZMddhOUrpsalJJPwxu77Hj998h4HuSdvUfY5Rwq8Qe52QFrbFqA0mxvZyLQEAnHO17yM9yKHCZVBZ1Lca30CZESAWXLeE7c9Te71zRIIkeQfCDaGE0XkSCeDL7c/s1600/george+best+summer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj24QTcljjwb1QNfRAHZMddhOUrpsalJJPwxu77Hj998h4HuSdvUfY5Rwq8Qe52QFrbFqA0mxvZyLQEAnHO17yM9yKHCZVBZ1Lca30CZESAWXLeE7c9Te71zRIIkeQfCDaGE0XkSCeDL7c/s1600/george+best+summer.jpg" height="299" width="400" /></a></div>
<br />
Las canciones veraniegas son casi un género en sí mismo, desde Georgie Dann a King África, pasando por el <i>Aquí no hay playa </i>de los Refrescos o los inevitables e imprescindibles Beach Boys, con su batería de Surfin'-songs (habría que distinguir, eso sí, <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2014/07/playlist-verano-2014.html" target="_blank">como apuntábamos el otro día,</a> entre canción del verano y canción veraniega, que son dos subconjuntos diferentes, aunque a menudo intersecten). Playa, olas, tablas de surf y chicas en bikini: cóctel irresistible. Estas trece canciones, sin embargo, no hablan de eso, o no demasiado, o no todas. Estas trece canciones sí hablan de amores de verano y desamores de invierno (o viceversa), de heridas que cicatrizan en el mar, de días interminables y noches sin fin, de lo inhóspito que puede resultar el verano y hasta de asesinatos y esqueletos fosforescentes Son canciones de verano, pero no son, creo, las típicas. Requisito: todas en castellano. Dato: en ninguna, salvo descuido, aparece la palabra surf.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<b><span style="font-size: x-large;">Eurovisión (Flow)</span></b><br />
<br />
“Cuando pienso en las olas y en el mar...”. Recuerdos de un verano: playas a reventar, cines de verano, paseos al atardecer, besos en casa y canciones que recuerdan a Eurovisión. Un inspirado pistoletazo de salida: “Las toallas y el bikini me recuerdan que el verano va a empezar”. Vamos allá.<br />
<br />
<iframe allowtransparency="true" frameborder="0" height="380" src="https://embed.spotify.com/?uri=spotify:track:2surmA2KXDnbOWyQIJRJaJ" width="300"></iframe>
<b> </b><br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">El buen vigía (Family)</span></b><br />
<br />
Aquellos interminables veranos de la adolescencia, cuando nada estaba escrito y había tanto por vivir, cuando las emociones estaban aún sin contaminar. Esos días en que los chicos viajan en motocicleta y a las chicas sonrientes les estalla el corazón. No hace falta que volváis, pero, Family, qué buenos fuísteis.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/aDG-7VCUR4c" width="420"></iframe>
<br />
<b style="font-size: x-large;"><br /></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Hazte camarera (La Costa Brava)</span></b><br />
<br />
Si <i>El buen vigía</i> es el verano de la adolescencia, <i>Hazte camarera</i> es el de la primera juventud, el de los días sin comer y las noches sin desvestirnos, el de tomar el sol, bailar y beber lo que se ponga por delante ("couldina con ginebra, vodka con el redoxon”). El verano en que podíamos permitirnos perder todo el tiempo del mundo, yendo de aquí para allá; cuando éramos jóvenes e ingeniosos (quizás no tanto como pensábamos, pero qué más da). El mejor verano de nuestras vidas. Si hay algo cierto es que nunca será igual.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/F-4rPwWJvNo" width="480"></iframe><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<b><span style="font-size: x-large;">
De un verano a otro (Airbag)</span></b><br />
<br />
El amor de verano tiene su reverso tenebroso: el desamor de invierno. El 31 de agosto todo son promesas, buenas intenciones, jamás perderemos el contacto y siempre te querré, pero el invierno es tan largo y el verano siguiente queda tan lejos. “Y al final te vi llevando tu samsonite de ruedas / Junto a ti caminaba un tipo alto, delgado / Recé porque fuera tu hermano”. Ay.<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/salpB8Z7I5A" width="480"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Escuela de verano (Waldorf Histeria)</span></b><br />
<br />
Es propicia la época estival para el nacimiento de nuevos amores, pero también para que mueran de inanición aquellos surgidos al abrigo del frío invierno. Dicen que la distancia es el olvido, y si se acompaña de calor, días de playa, vestimenta escasa y nuevas amistades, la fórmula es fatal. La historia del chico que se queda en la ciudad mientras su novia se marcha a la playa de veraneo ("<a href="https://www.youtube.com/watch?v=Tul0Aq7pszU" target="_blank">el verano que estuviste en la playa / yo estuve sólo en casa sin saber lo que pasaba / y no me llamaste ni una sola vez</a>"), o viceversa, es recurrente. Luego llega septiembre y, claro, vienen las madres mías: “y apareció un chico alto, fuerte, rubio y bien parecido / y lo que sentí por dentro mejor si no te lo digo/ y el curso se me hizo eterno viendo cómo lo cogías de la mano / y otra vez todo a septiembre / y otra vez a la escuela de verano”. Como diría aquel, haber <i>estudiao</i>.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/liF97UO8100" width="480"></iframe>
<br />
<br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<b><span style="font-size: x-large;">Nos vamos de excursión (Los Magnéticos)</span></b><br />
<br />
Un bañador, una gorra, crema protectora, cintas de cassette y a disfrutar. Dominguerismo <i>cool </i>para olvidarse de todo por un rato.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/pHw3IASK8VY" width="480"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Botiquín (Nosoträsh)</span></b><br />
<br />
En ocasiones, el verano sirve para olvidar, para cicatrizar las heridas del invierno. Como sucede con el amanecer, que borra a veces los temores y zozobras de la noche, el verano, con su sol y sus días sin fin, ejerce de amnésico, ayuda a cerrar heridas, nadando en agua con sal, mucha sal. Luego llega septiembre y quién sabe.<br />
<br />
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/93cc1a3" vspace="0" width="580"></iframe>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span><br />
<b><span style="font-size: x-large;">Verano muerto (Los Bichos)</span></b><br />
<br />
Aquí no hay olas ni tablas de surf; tampoco playa ni montaña. En el <i>Verano muerto </i>(ojo al inicio y final de la canción, con el riff de Sweet Jane de la Velvet) de Los Bichos hay huesos, ojos hechos pedazos y esqueletos maquillados como putas bajo el cielo plateado. Como <a href="http://youtu.be/C5m7zqyRKJY" target="_blank">el cementerio de Mecano</a>, pero mucho más estimulante, dónde va a parar. Otro de esos grupos que jamás hay que cansarse de reivindicar.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/WUOLSJqcyHM" width="480"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Matanza de una noche de verano (Garage)</span></b><br />
<br />
Si el verano de Los Bichos es inquietante, la noche de verano que retratan Garage (banda <i>punkrockera</i> de principios de los 80 liderada por, ojo al dato, Carlos Goñi), bañada de sangre, provoca terror. “Dicen que llevaba una vida muy extraña / siempre se acostaba al llegar la mañana”. He aquí el único asesino que no saludaba siempre.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/gpXG0LmIQIk" width="480"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">El verano no nos quiere (Los Lagos de Hinault)</span></b><br />
<br />
El antihimno veraniego lo firman Los Lagos de Hinault. Aquí no hay rencor como en <i><a href="https://www.youtube.com/watch?v=TNCUnCwubyI" target="_blank">Odio el verano,</a></i> el hit de Los Vegetales, sino resignación. No es que no nos guste el verano, es que no es para nosotros. Sólo queda esperar que llegue septiembre y, mientras tanto, procurar mimetizarnos, intentar que se note lo menos posible que el verano no nos quiere: “Habrá que hacerse tatuajes y aprender a derrapar (...) habrá que hacer abdominales o intentar no respirar”.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/_mFrHUhWqYY" width="560"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Un día en la playa (Tom Boyle)</span></b><br />
<br />
Los repudiados por el verano pueden encontrar refugio aquí: una playa sin mar a la que se llega en cohete espacial. Ni sol, ni sal, ni aglomeraciones, ni sombrillas, ni pelotas, ni c<i>uñaos</i>: la playa perfecta.<br />
<br />
<br />
<iframe seamless="" src="http://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=1364436520/size=large/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/tracklist=false/track=1207845159/transparent=true/" style="border: 0; height: 470px; width: 350px;"><a href="http://tomboyleoficial.bandcamp.com/album/maniobra-de-aproximac-n-starsky-records-2009">Maniobra de aproximacón (Starsky Records/2009) by Tom Boyle</a></iframe><br />
<br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<b><span style="font-size: x-large;">El último día de las vacaciones (Espanto)</span></b><br />
<br />
Pero, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=oGOv9K9f17c" target="_blank">como cantaban Los Módulos</a>, todo tiene su fin, y llega el momento de recoger, cargar los bultos, encajar como sea la puta maleta en el coche y volver a la rutina, a los buenos propósitos y las colecciones. Atrás quedan las olas, los flotadores y los coches de choque. Si estás cansado del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ugZ625lu0TQ" target="_blank">Dúo Dinámico como inevitable banda sonora del final del verano</a>, <i>El último día de las vacaciones</i> es tu canción.<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/xMWoK5gaaJs" width="420"></iframe>
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b>
<b><span style="font-size: x-large;">Exprime el verano (TCR)</span></b><br />
<br />
El calor remite y los días van menguando. Es entonces cuando te entran unas irreprimibles ganas de aprovechar el verano, de exprimirlo hasta el final, antes de que la nostalgia otoñal te atrape. De TCR, banda de pop-punk injustamente englobada en su día en aquel cajón de sastre del tonti pop, tenemos que hablar otro día.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/dBPz2Ds_HCo" width="480"></iframe><br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-18049677523886254332014-07-30T22:13:00.000+02:002014-07-30T22:16:13.131+02:00Playlist: Verano 2014<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk8LCpn6WT7Ql0lwDWEt2IzN6Afj2_AVIAMj9TLFrMnnHlAdZNcoMR1MmJtfUIT8GBNvkzzbd-K20LJT6pf8CZu_rbFQlCziJu33nDXoPqaYhpxixNKycR5ujIYPsspSNm4O5-A0wK8nM/s1600/rolling-stones-posing-on-malibu-beach.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk8LCpn6WT7Ql0lwDWEt2IzN6Afj2_AVIAMj9TLFrMnnHlAdZNcoMR1MmJtfUIT8GBNvkzzbd-K20LJT6pf8CZu_rbFQlCziJu33nDXoPqaYhpxixNKycR5ujIYPsspSNm4O5-A0wK8nM/s1600/rolling-stones-posing-on-malibu-beach.jpg" /></a></div>
<br />
Esta no es una playlist sobre canciones del verano, ni tampoco sobre canciones veraniegas (que son dos cosas diferentes), pese a que en su escueto título aparezca la palabra verano. Tampoco se trata de una lista de canciones de este 2014, aunque tal año encabece la lista y alguna se haya colado. Verano 2014 es una lista muy personal (pero absolutamente transferible), basada en música que he escuchado últimamente, durante lo que llevamos de verano. Son canciones que he ido adjuntando a una lista de Spotify, sin demasiado orden ni concierto. No existe criterio estilístico, temporal o temático; son simplemente un puñado de canciones chulas, al menos para mí.<br />
<br />
<a name='more'></a>En Verano 2014 hay canciones de 1968 (<i>Days</i>, <i>She comes in color</i>), pero también de 2014 (<i>Drop</i>, <i>Every time the sun comes up</i> y <i>Summer of love</i>), hay clásicos eternos (Dylan, Kinks, Rolling Stones, Love, Big Star), clásicos recientes (Jayhawks, The Wedding Present), clásicos ocultos (Hefner, The Smithereens, Grant McLennan) y quién sabe si clásicos futuros (Woods, Thee Oh Sees, Sharon Van Etten). Hay garage, psicodelia, power-pop y pop a secas, sin prefijo; hay melodía, guitarrazos y fuzz. 24 canciones en una hora y 22 minutos (casi cabe en el típico CD de 80; habría que dejar una fuera). Ojalá la disfruten, aunque sea cuando llegue el otoño.<br />
<br />
<br />
<iframe allowtransparency="true" frameborder="0" height="380" src="https://embed.spotify.com/?uri=spotify:user:george_best:playlist:4qpzAtQgvK5gDHfPlTSfkv" width="300"></iframe>
<br />
<br />
<br />
Foto | <a href="http://www.allposters.co.uk/-sp/Rolling-Stones-Posing-on-Malibu-Beach-Posters_i4164543_.htm" target="_blank">allposters.co.uk</a><br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-31004316547534759792014-05-09T17:19:00.000+02:002015-01-23T19:51:10.913+01:00The Go-Betweens: el grupo que deberías amar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhp6BRt5_jhossHJeVwvY_ctqk1BEZTJERZd1xKU70zzxkixFP4lZ5c1irjzcE-hTHqS15WPR0Sg-Hb0yCMOnN5pgMHZepuWRgdii20wBAViq8RKXK7TMs1mx-MmSxoOt5ceA6PWtVcKp0/s1600/go-betweens.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhp6BRt5_jhossHJeVwvY_ctqk1BEZTJERZd1xKU70zzxkixFP4lZ5c1irjzcE-hTHqS15WPR0Sg-Hb0yCMOnN5pgMHZepuWRgdii20wBAViq8RKXK7TMs1mx-MmSxoOt5ceA6PWtVcKp0/s1600/go-betweens.jpg" /></a></div>
<br />
A veces, en esto de la música, tenemos la impresión de no entender nada. A veces nos cuesta comprender que los demás no aprecien lo que para nosotros resulta tan claro. Nos resulta inexplicable que ese disco tan cojonudo no suene en la radio a todas horas o que ese grupo que nos chifla no se cite siempre entre los grandes de la historia, o al menos de su época. Nos preguntamos cómo es posible que sus canciones no las tarareen las chicas por la calle, con sus cascos al oído, cuando llega la primavera. Canciones como <i>Cattle and cane</i>, <i>Bachelor kisses</i>, <i>Spring rain</i>, <i>Bye bye pride</i> o <i>The clock</i>. Grupos como The Go-Betweens.<br />
<br />
<div>
<a name='more'></a>Robert Forster y Grant McLennan se conocieron en Brisbane (Australia) a mediados de los setenta, cuando estudiaban juntos en la universidad. Robert estaba loco por la música y Grant estaba loco por el cine. McLennan estaba llamado a ser director o crítico de cine, según contaría años más tarde el que sería su compañero de fatigas. Hasta que un día Forster, que había tenido un par de grupos con nombres literarios (The Mosquitoes y The Godots), lo invitó a agarrar un bajo. Puede que el mundo del cine perdiera ese día un prometedor director, pero el pop ganó un excelente músico, un compositor con una sensibilidad especial. Acababa de nacer The-Go Betweens.<br />
<br />
El grupo de Forster y McLennan trabajaba de la forma más democrática posible: no se tomaba ninguna decisión sin que ambos estuvieran de acuerdo y cada disco incluía siempre el 50% de canciones de cada uno, aunque en los créditos aparecieran firmadas a medias. A pesar de ello, los discos sonaban homogéneos, sin altibajos ni saltos abruptos. Eran diferentes y complementarios. McLennan era la melodía perfecta, la melancolía chispeante; Forster, la clase, la elegancia sofisticada. Pocas veces dos talentos tan grandes encajaron tan bien.<br />
<br />
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Durante doce años y seis discos, Forster y McLennan construyeron uno de los mejores repertorios de la época, dejando para el recuerdo decenas de canciones inolvidables. No eran un grupo difícil, ni oscuro. Tenían melodías preciosas y letras inteligentes. A pesar de ello, rara vez sale su nombre a colación cuando se habla de las grandes bandas de los años ochenta. Cuesta entender que su consideración no esté casi a la altura de, qué sé yo, unos Smiths, por ejemplo, y que me perdonen los fans de Morrissey. Quizás a Robert y Grant les faltó un toque de excentricidad.<br />
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The Go-Betweens se disolvió a finales de 1989, fruto del lógico cansancio, justo después de publicar el fantástico <i>16 Lovers Lane</i>, su trabajo más logrado. Muchos darían años de vida por firmar algo parecido a<i> Love goes on</i>, <i>Love is a sign</i>, <i>Streets of your town</i>, <i>Was there anything I could do?</i> o <i>Dive for your memory</i>. El pop era esto.<br />
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La sociedad artística de Robert y Grant se rompió, pero ellos siguieron en contacto, primero en la distancia (Forster vivía en Alemania y McLennan en Australia) y más tarde, cuando Forster se trasladó de vuelta a su Brisbane natal, con una relación física más cercana. Durante los noventa ambos se dedicaron a sus proyectos en solitario, dejando unos cuantos discos notables, que también habrá que reivindicar algún día. De vez en cuando surgía alguna colaboración esporádica entre ambos: un cameo del uno en un concierto del otro o un acústico donde juntos recordaban los días de vino y rosas de su anterior banda. Estaban orgullosos del pasado, pero, pese a su buena relación, no parecían especialmente dispuestos a repetirlo. Hasta que en 2000 se reunieron y grabaron un nuevo disco juntos. Lejos de ser el típico trabajo de retorno alimenticio, <i>The Friends of Rachel Worth</i> era la lógica continuación de 16 Lovers Lane. Uno escucha los primeros acordes de Magic in here y piensa en Fray Luis de León y su célebre “como decíamos ayer”. The Go-Betweens regresaban donde lo dejaron ayer, más de una década antes, y volvían haciendo lo que mejor sabían, lo que siempre habían hecho: canciones maravillosas.</div>
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A <i>The friends of Rachel Worth</i> le siguieron otros dos discos (<i>Bright Yellow, Bright Orange</i> y <i>Oceans Apart</i>), antes de que Grant McLennan falleciera inesperadamente en mayo de 2006, cuando estaban preparando las canciones para el siguiente álbum de la banda. Era el fin de The Go-Betweens, esta vez sí, por desgracia, para siempre.<br />
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Dos años después de la muerte de McLennan, Forster publicó <i>The Evangelist</i>, un trabajo que aún hoy se escucha con el corazón encogido, el tributo de Robert a su compañero, a su amigo. Tres de las canciones del disco están firmadas por el dúo Forster-McLennan, indicios de lo que pudo haber sido y no fue el décimo álbum de The Go-Betweens. Después de The Evangelist vino el silencio, hasta hoy, ojalá que no por mucho tiempo más.<br />
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La muerte de Grant (tenía solamente 48 años) nos privó de más discos de la banda australiana, cuando habían encontrado una especie de serena segunda juventud, una estabilidad que presagiaba un futuro prometedor. No habrá más The Go-Betweens, pero ahí quedan sus nueve discos, otro puñado de trabajos en solitario y un montón de canciones memorables, historia del pop. En serio, esto no se trata del típico capricho personal: The Go-Betweens es un grupo que debería conocer todo el mundo, que debería amar todo el mundo.<br />
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Más | <a href="http://www.themonthly.com.au/issue/2006/july/1294985085/robert-forster/true-hipster">A true hipster (Robert Forster)</a></div>
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Foto | <a href="http://www.ear.fm/Encyclopedia%20G/go-betweens.htm">ear.fm</a></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-33667164975974226102014-05-05T02:36:00.000+02:002014-05-05T10:39:14.561+02:00Los mismos once cabrones de siempre<blockquote class="tr_bq">
"Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones de siempre"</blockquote>
<a href="http://elpais.com/diario/1999/11/09/deportes/942102002_850215.html" target="_blank">John Benjamin Toshack</a><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZqfhKt20mfIzoT9jAORq9Sd_yA0KAc3zcSFXxvUhhQMtLadvWIzk3dlsa-GJXATFJa8PHVcGhfcAmW4A7KVWLWRrrcTPHu-oDVON0cSy7EnJ5_Afb4Oy3BEGnalZMUb9f1PsKkt8J0xI/s1600/toschak.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZqfhKt20mfIzoT9jAORq9Sd_yA0KAc3zcSFXxvUhhQMtLadvWIzk3dlsa-GJXATFJa8PHVcGhfcAmW4A7KVWLWRrrcTPHu-oDVON0cSy7EnJ5_Afb4Oy3BEGnalZMUb9f1PsKkt8J0xI/s1600/toschak.jpg" height="268" width="400" /></a></div>
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<a name='more'></a>Cuando uno se levanta con una resaca horrible, cuesta no creer en la existencia de un dios justiciero. Cuando eres joven te ríes de todo eso (de la resaca y de dios), pero con los años las resacas son cada vez peores y la cosa deja de tener gracia. Las plagas de Egipto, la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la mujer de Lot convertida en estatua de sal, el diluvio universal y la resaca. No me digan que detrás de todo ello no se adivina al mismo autor intelectual. El mensaje es claro: el crimen se paga. Hay más género negro en el Antiguo Testamento que en las obras completas de Hammett (¿acaso no fue Eva la primera femme fatale?).<br />
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Los días de resaca yo los sobrellevo con mucha agua, algo de ibuprofeno, bastante café y <a href="http://open.spotify.com/user/george_best/playlist/6Zl1W6AxNYtqDdWzsECJYW" target="_blank">música escogida</a>. Como suelen suceder en sábado o domingo, a menudo coinciden con fútbol televisado, y ahí la hemos jodido. El tiqui taca relajante del Barça puede ser compatible con tener la cabeza como un bombo, pero el vértigo del Madrid, ese pimpampum de Ronaldos y Bales, se te acaba metiendo en las sienes. Ese es el legado de Mourinho: agravar mis resacas. Haz algo, Carletto.<br />
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Con todo, lo peor no es la resaca en sí, sino recomponerse después. Recoger los trozos de todo tipo que uno se dejó en la noche y devolverlos a su sitio te puede llevar la semana entera, cuando no toda una vida. Hay cosas que, cuando suceden, tienen todo el sentido del mundo. Vistas con la perspectiva del tiempo, sin embargo, se revelan como un terrible error. Para tomar esa perspectiva, a veces bastan tres o cuatro horas de sueño y que la excitación ebria haya cedido su sitio a la resaca. Quien no se haya despertado con la cabeza embotada y, al primer rapto de lucidez, haya pensado ay dios, no ha bebido. Con los años se acostumbra uno a vivir con los ay dioses, incluso les coge cariño. Yo a uno le terminé pidiendo matrimonio.<br />
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El domingo, con la cabeza estallando y acosado por la melancolía y el remordimiento, te juras a ti mismo no volver a probar el alcohol. A la altura del miércoles piensas que unas cervezas viendo la Champions nunca hicieron daño a nadie. Llega el viernes y juegan los mismos once cabrones de siempre.<br />
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Foto | <a href="http://www.periodistasanonimos.com/2012/04/un-cabron-simpaticopor-joaquin-brotons.html">periodistasanonimos.com</a></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-31857210206942152212014-04-29T13:02:00.000+02:002014-04-30T11:38:53.810+02:00Super 8 y yo: casi 20 años de amor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsCNfKisHrHgeFRGnAvTOAmdCkyY_Y6sB6PqNkqqkuy3eyN30cLfPKppIxarlH8zWoR-tZJ4HCbeygt5vmizsO7V99eyo-AYI9vQ4qvxKn0Pp0RJLnroLwB5pkJVv2a5DlKA9e-uneBNA/s1600/Los_Planetas-Super_8-Interior_Frontal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsCNfKisHrHgeFRGnAvTOAmdCkyY_Y6sB6PqNkqqkuy3eyN30cLfPKppIxarlH8zWoR-tZJ4HCbeygt5vmizsO7V99eyo-AYI9vQ4qvxKn0Pp0RJLnroLwB5pkJVv2a5DlKA9e-uneBNA/s1600/Los_Planetas-Super_8-Interior_Frontal.jpg" height="400" width="400" /></a></div>
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A Super 8, como a todas las cosas importantes de mi vida, llegué un poco tarde. Pero, como también sucede con todas las cosas importantes de mi vida, ya me ha sido imposible abandonarlo. Hay discos a los que uno vuelve una y otra vez porque se lo pide el cuerpo, porque no tiene más remedio. Hace poco <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2014/02/cancion-de-viernes-mr-camping-el-nino.html" target="_blank">hablaba de El Niño Gusano</a>. Ahora hablaré (poco, no se me asusten) del debut de Los Planetas, que estos días cumple 20 años. El disco que cambió el rock patrio, <a href="http://rollingstone.es/reportajes/super-8-20-anos-del-disco-que-cambio-el-rock-patrio" target="_blank">según titula Rolling Stone</a>, donde Florent analiza lacónicamente, canción a canción, el álbum. El titular es exagerado, claro, pero para mí, y para un montón de gente de mi generación, tiene todo el sentido del mundo.</div>
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<a name='more'></a>Más tarde vendría Una semana en el motor de un autobús, el disco de la confirmación, el que lanzó a Los Planetas al estrellato, pero para muchos el flechazo había llegado un poco antes. En Super 8 estaban los ecos de sonidos de grupos lejanos que empezaban a enamorarnos, las distorsiones y las melodías, juntas y revueltas, que nos gritaban que había otros mundos, que nos señalaban nuevas sensaciones (aunque <a href="https://www.youtube.com/watch?v=BBIZ8sFAIqQ&feature=kp" target="_blank">la canción</a> se quedó fuera del LP por ser demasiado parecida a Qué puedo hacer). Y lo hacían unos tíos de ahí al lado, de Granada. El cantante era feo y tenía una voz la hostia de rara: eran como nosotros, más o menos. Super 8 estaba lleno de letras con las que identificarnos, porque éramos jóvenes y soñábamos con viajar lejos de este mundo (tú y yo), pasábamos una y otra vez por delante de su casa por si aparecía y nos preguntábamos (y nos seguimos preguntando, qué coño) por qué, si todo está bien, duele así por dentro.<br />
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En momentos de zozobra se refugia uno en la comodidad de lo familiar, en las cosas que conoció cuando había tanto aún por conocer, en aquello que te emocionó cuando eras fácilmente emocionable. Por eso vuelvo a Super 8 como vuelvo a Rid of me, I can hear the heart beating as one, Automatic for the people, Un soplo en el corazón o Different Class; como vuelvo a los discos de Bowie o los Kinks, que descubrí (devoré) algo después, a los relatos de Cortázar o a las pelis de Wilder. Porque, aunque haya tanto que descubrir ahí afuera, a veces se está tan bien en casa.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-55007071051639169602014-02-14T09:13:00.000+01:002014-02-16T20:46:15.136+01:00Canción de viernes: Mr Camping (El Niño Gusano)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQzqgVNw_T-3GzMDhIRcOtf5bupoVA6tpn0Q-zA3S_RV4vDJBY_ihdquDkNlRHzaU0gPw5OnlDRp5j1HKCmulNlyU-HipXg3STmlG8VhZ7-iP8JpZk2-DhE4o-3wG_2auGd7Z2t23ufMo/s1600/el+efecto+lupa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQzqgVNw_T-3GzMDhIRcOtf5bupoVA6tpn0Q-zA3S_RV4vDJBY_ihdquDkNlRHzaU0gPw5OnlDRp5j1HKCmulNlyU-HipXg3STmlG8VhZ7-iP8JpZk2-DhE4o-3wG_2auGd7Z2t23ufMo/s1600/el+efecto+lupa.jpg" height="392" width="400" /></a></div>
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Hay días en los que me levanto con necesidad de escuchar a El Niño Gusano. Me pasa también con otros grupos, pero en menor medida. Entonces, antes de hacer nada, antes incluso de tomarme el imprescindible café para empezar a funcionar, acudo a mi estantería de CDs, sección indie nacional noventero, y cojo uno de los discos del grupo de Zaragoza. Si me levanto un pelín melancólico, escojo 'El escarabajo más grande del mundo', su último disco, mi favorito. Me zambullo en la historia del Angel Guardia (tráteme de usted, soy mucho mejor que vos), espero un minuto para ser sólo labios ya (ay, Lourdes, qué canción), me asomo a la ventana del fabricante de alas de mariposa, repito que Yugoslavija me gusta más y acabo jodido por no ser ruso, señor.<br />
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<a name='more'></a>Hay ocasiones en que elijo El Circo Luso, con su variopinta galería de personajes: El hombre bombilla, el Capitán Mosca y La mujer portuguesa con sus tres invitados (el hombre galleta, la reina mofeta y ella misma muy vieja), su primer y único hit, o lo más parecido a un hit que nunca tuvieron. Hoy he levantado la persiana y el sol ha inundado la habitación, he recordado que era viernes y me he tirado de cabeza a por El efecto lupa, que hay quien dice que es su mejor disco y yo no me veo capaz de discutirlo. A la segunda canción, he sentido la necesidad de agarrar el teclado, y aquí estamos.<br />
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<i>"Si tuvieras que comerte</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>por dónde empezarías</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>qué parte comerías</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>la primera... la primera"</i></div>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/jD5nte-15WQ" width="480"></iframe><br /></div>
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El Niño Gusano publicaron tres discos, cada uno mejor que el precedente, y se fueron, con una breve nota, de puntillas, casi en silencio. Vivieron la era indie, pero ellos eran otra cosa. Cantaban en castellano y se miraban las zapatillas lo justo. Tampoco terminaban de encajar con los grupos de Donosti y su melancolía norteña de gabardina y chirimiri. Eran un caso aparte, un maravilloso ente aislado. Podríamos hablar de Brian Wilson, Syd Barrett, Glutamato yé-yé, Euros Childs y tal y cual, pero para qué. El Niño Gusano fueron únicos y la única forma de conocerlos es acercarse a ellos. En poco tiempo termina uno rendido a ellos y despertándose una mañana cualquiera con una necesidad casi física de escucharlos. Como quien tiene la típica erección matutina.<br />
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Acaba de terminar el viaje a la luna. Nadie tiene sueño, nadie volverá. Ahora sí, voy a por el café.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-63201629091525937402014-01-21T13:44:00.000+01:002014-01-21T13:44:01.459+01:00Nuestro Eindhoven<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTBaZgV7R6N1nIoB6UNdrU8nM1HKpN4psEpm0Ggz0VlerdzpRwLeVaTpnOGUAGen7-HrPpp89jypMCQQjvYqFu71RJSf49DVeL3oQ4q37pzCRXja1f0NuU0AibM9TqbsXPRONqBrw49_E/s1600/psv.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTBaZgV7R6N1nIoB6UNdrU8nM1HKpN4psEpm0Ggz0VlerdzpRwLeVaTpnOGUAGen7-HrPpp89jypMCQQjvYqFu71RJSf49DVeL3oQ4q37pzCRXja1f0NuU0AibM9TqbsXPRONqBrw49_E/s1600/psv.jpg" /></a></div>
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Cómo pensar entonces, en aquella tarde fría y soleada, que aquello no era un final más, de esos que acostumbrábamos de cuando en cuando, sino el final definitivo, fundido a negro, títulos de crédito y si te he visto me acuerdo lo justo. Cómo imaginar que después de ese abrazo a medias sólo quedaría el hola y el qué tal te va, el cuánto tiempo y el tenemos que quedar algún día, el qué bien te veo y el ya te llamo si eso. Visto con perspectiva todo parece tan claro como inevitable, pero entonces no. Entonces parecía otra despedida de tantas, dolorosa pero transitoria; parecía que aún teníamos todo el tiempo del mundo y mil cosas por compartir.<br />
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<a name='more'></a>Si te dijera que ahora pienso en Eindhoven, tú no entenderías. Supongo que para ti Eindhoven es sólo una ciudad lejana del norte de Europa, pero para mí significa algo más, algo que estúpidamente termino relacionando con aquello, con nosotros despidiéndonos bajo el sol del invierno y con ese nos vemos pronto, cuídate. Pienso en la chilena de Hugo Sánchez, despejada por Van Breukelen, y en el suizo Bruno Galler pitando el final con el minuto noventa apenas cumplido, y en seguida un mar de camisetas azules rodeando al árbitro camino de los vestuarios.<br />
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Recuerdo Eindhoven, recuerdo la decepción y la tristeza, pero también la certeza de que aquello no era el fin de nada, la convicción de que pronto habría más oportunidades. La sensación de punto seguido. La desilusión, claro, pero en seguida la esperanza. La seguridad de que era un traspié más, como Múnich antes, la confianza en un continuará con final feliz; y el vacío tiempo después, al mirar atrás y ver cómo acabó todo.<br />
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A estas alturas me mirarías, ya sí empezando a entender, o al menos a intuir, con las cejas enarcadas y la condescendencia en los ojos (no siempre fue así: hubo un día en que eran risas cómplices y qué cosas tienes, pero ahora sería incomprensión y desdén y hastío). Me preguntarías qué coño tiene que ver un partido de fútbol con lo nuestro. Y tendrías razón. Nunca supe explicarme sino con metáforas idiotas.<br />
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Sin embargo, cada vez lo veo más claro: aquella tarde fue nuestro Eindhoven. Poco después llegó el Milan de Sacchi y entonces el hola y el qué tal te va, el cuánto tiempo y el tenemos que quedar algún día, el qué bien te veo y el ya te llamo si eso. La distancia y Gullit. La frialdad y Van Basten. El olvido, o algo que intentaba serlo. El 5 a 0.<br />
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Y ahora quedan Tenerifes y fichajes frustrados. Hagi y Prosinecki. Palos de ciego, cual Benito Floro (con el pito, gritamos, intentando conjurar nuestra vulnerabilidad). Y queda confiar en que, cualquier día de estos, cuando menos lo esperemos y más perdidos parezcamos estar, aparezca Mijatovic.<br />
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<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-81600649771892697322014-01-17T12:25:00.001+01:002014-01-17T12:26:30.695+01:00Canción de viernes: The Big Lie (Gigolo Aunts)Junto a The Posies y Teenage Fanclub, Gigolo Aunts formaron en los noventa la Santísima Trinidad del pop más saltarín, aquel que se hace acompañar del prefijo power y tiñe las guitarras luminosas de las justas dosis de melancolía. Sólo por su maravilloso nombre, inspirado en <a href="http://www.youtube.com/watch?v=8cIgt5CUZMI" target="_blank">una canción de Syd Barrett</a>, ya habría que adorar incondicionalmente a los Gigolo Aunts. Pero es que además tienen canciones. Y qué canciones.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUZCUsjpOjw-Fw-QwOyY9D3fiuV_jf-Z8hHcWi1ziyVg5oKMr64OHxLsy1hnIynVLnm6OuyLDtEAFquV590xZwBeoUwAV_70TfYGcqzJki8KPW1lpG16aOCGoZKN0KYC3LpO40qAJyJwo/s1600/Gigolo+Aunts+GIG+COLOR+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUZCUsjpOjw-Fw-QwOyY9D3fiuV_jf-Z8hHcWi1ziyVg5oKMr64OHxLsy1hnIynVLnm6OuyLDtEAFquV590xZwBeoUwAV_70TfYGcqzJki8KPW1lpG16aOCGoZKN0KYC3LpO40qAJyJwo/s400/Gigolo+Aunts+GIG+COLOR+2.jpg" height="271" width="400" /></a></div>
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<a name='more'></a>A Gigolo Aunts los descubrí una tarde de principios de verano de finales de los 90. Estaba yo intentando sobrellevar la letal mezcla de canícula y resaca (primer fin de semana de agosto y fiestas del pueblo eran para mí sinónimos en aquella época) mientras escuchaba de fondo la retransmisión del FIB que hacía Radio 3. Sería a última hora de la tarde cuando empezó a tocar un grupo cuyo nombre me llamó la atención. Mi abotargada mente pensó en Richard Gere, pero no recordaba que en la película apareciera ninguna tía suya. En mi descargo, aparte de la resaca, he de decir que yo desconocía entonces la canción de Barrett. En esas divagaciones andaba cuando la banda arrancó con una canción que me resultaba familiar. Esa línea de bajo se parecía tanto a... Pero no, era imposible. A los 30 segundos de canción me hallaba estupefacto. ¿Qué hacían unos yankis cuyo nombre no había escuchado en mi vida <a href="http://www.youtube.com/watch?v=IkoYUE4GJfA" target="_blank">tocando una versión</a> del himno por excelencia de la Movida Madrileña? ¿Cómo demonios conocían esos tipos 'La chica de ayer'? A partir de ese momento presté más atención a esa banda guitarrera de nombre peculiar.<br />
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Poco después descubrí 'Minor Chords and Major Themes' (1999), el disco que, creo recordar, presentaban en aquel FIB, el mejor álbum de una banda que ya llevaba dando guerra desde principios de los 80. Colocada justo después del maravilloso medio tiempo 'Everything is wrong' y antes de la tierna 'Simple Thing', aparecía 'The Big Lie', una de esas canciones que te colocan una sonrisa en cuanto empieza a sonar y te obliga a cabecear y mover las piernas, si estás con la cabeza hundida en el teclado, o a saltar y cantar el estribillo a voz en grito, si ya es viernes noche a las 2 de la madrugada y tienes una copa en la mano. Una de esas canciones que hacen que algo tan aparentemente simple como el pop sea tan fascinante. Una canción, en definitiva, para situar en cualquier recopilatorio entre 'Solar Sister' y 'Sparky's Dream', no muy lejos de 'Teenage Kids', 'September Gurls', 'Mess Around' y '<a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2012/05/cancion-de-viernes-starry-eyes-records.html" target="_blank">Starry Eyes</a>'.<br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/WYCsBtCEngQ" width="480"></iframe>
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PD: Nunca llegué a tener claro cómo llegaron estos chicos de Nueva York afincados en Boston a conocer <i>La chica de ayer</i> (si alguien tiene información, se agradece). <a href="http://www.auriculardigital.com/2010/01/26/chica-de-ayer-en-ingles/" target="_blank">Antonio Vega manifestó en alguna ocasión</a> que era su preferida entre las diferentes versiones de la c<span style="font-family: inherit;">anción. 'The girl of yesterday' apareció en el recopilatorio '<a href="http://en.wikipedia.org/wiki/The_One_Before_the_Last" target="_blank">The one before the last</a>', editado exclusivamente en España por <span style="background-color: white; line-height: 19.200000762939453px;">Bittersweet Recordings.</span></span><br />
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Foto | <a href="http://www.lastfm.es/music/Gigolo+Aunts/+images/7244525" target="_blank">Lastfm</a>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-26069500410659126572013-10-03T23:27:00.000+02:002013-10-03T23:27:51.308+02:00Marcelo ha vuelto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh7s1ksJUgMwxPM5iTkbl1JMX8EKunDjfAI3yF3lY61YgbbtO8SvbUOpT4099jUx0C06HrImNPsbheegDOUSLWC-Bgfvt5T48ezP3aae9h7ttYpTCkwmot8Tt2ywKj3GH11_sbB6JCC80/s1600/marcelo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh7s1ksJUgMwxPM5iTkbl1JMX8EKunDjfAI3yF3lY61YgbbtO8SvbUOpT4099jUx0C06HrImNPsbheegDOUSLWC-Bgfvt5T48ezP3aae9h7ttYpTCkwmot8Tt2ywKj3GH11_sbB6JCC80/s400/marcelo.jpg" width="400" /></a></div>
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A los 20 minutos ya había puesto Marcelo cuatro centros de gol. El primero se le quedó un poco atrás a Benzema, que hizo un escorzo en el aire y remató fuera. El último lo despachó Cristiano, implacable, como suele, al fondo de la red. El lateral brasileño tuvo media hora magistral, participando en cada jugada, con esa chispa que tanto ha echado de menos el Madrid durante los últimos tiempos, entendiendo por últimos tiempos casi un año y medio. Enfrente estaba el Copenhague. Cada vez que un equipo danés visita el Bernabéu, siempre hay algún gracioso que saca a colación <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2011/08/el-dia-que-el-odense-enmudecio-al.html" target="_blank">el fantasma del Odense</a>. Pero el fútbol danés no es lo que era. Yo crecí viendo a Laudrup correr por el Bernabéu y maduré viendo a Gravesen. Ahora que lo pienso, no sé si es una muestra de la decadencia del fútbol danés o una metáfora de mi propia vida.</div>
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<a name='more'></a>En la segunda parte, satisfecho, Marcelo se acodó en la barandilla izquierda, cerca del banquillo, y le cedió el protagonismo a Di María, que hizo 45 minutos sobresalientes, doblete y rabona incluidos. Cuando el argentino se acuerda de pulsar el limitador de velocidad, juega que da gusto. También Benzema hizo un gran partido, no ya por el exquisito taconazo, que también, sino porque todo lo que hizo tuvo sentido, que ya es mucho, a pesar de que no se le perdone ni media.<br /><br />Celebré en twitter los buenos minutos de Marcelo y <a href="https://twitter.com/Brusili/status/385479482980982784">Brusli me recordó de inmediato</a> que hay Mundial a la vista, en Brasil para más inri. No tuve más remedio que darle la razón. En año de Mundial a los brasileños se les afila la cara y las piernas como a Induráin cuando llegaba cada año la Dauphiné.<br /><br />Es pronto para lanzar las campanas, pero parece que Marcelo ha vuelto, después del año sabático que se regaló el año pasado. Ya aguanta elegante los primeros planos, <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2013/05/marcelo-y-las-canas-de-despues.html" target="_blank">sin que la imagen se apaise automáticamente</a>. A Marcelo se le está poniendo cara de ganador de Tour.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-82559275519637082482013-09-24T00:44:00.000+02:002013-09-24T18:54:10.856+02:00Una copa más<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiiHEK0AoCcBMgaNx16AZQKlXAZFNMsX6IXVo-4g2xXyFY9QqShGuW3xIqO5VOwnhtqmTxZ5NqgZ9JAZxIIL1x2vFDgZ3K6xrNat_cjIfJXsJe285sLgenX6_ooxvw7IB8Jmjfe39PoKM/s1600/vlcsnap-2013-09-23-21h48m14s138.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiiHEK0AoCcBMgaNx16AZQKlXAZFNMsX6IXVo-4g2xXyFY9QqShGuW3xIqO5VOwnhtqmTxZ5NqgZ9JAZxIIL1x2vFDgZ3K6xrNat_cjIfJXsJe285sLgenX6_ooxvw7IB8Jmjfe39PoKM/s400/vlcsnap-2013-09-23-21h48m14s138.png" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
Llega un momento durante la noche en el que te percatas de que no hay vuelta atrás. No dura mucho, pero por un instante eres perfectamente consciente de que las cartas están echadas y todo acabará en dosis variables de ibuprofeno, arrepentimiento y melancolía. Puede ser a la cuarta, a la quinta o a la sexta copa, dependiendo de la costumbre y el aguante de cada cual. Es ese momento en el que aún estás lo suficientemente lúcido para darte cuenta, pero ya lo bastante borracho para plantearte plegar velas.<br />
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<a name='more'></a>A mitad del metraje de <i>Double Indemnity</i>, esa maravillosa película de Billy Wilder que en España se tradujo como <i>Perdición</i> y en Hispanoamérica como <i>Pacto de Sangre</i>, la voz en off de Walter Neff, el personaje interpretado por Fred MacMurray, pronuncia la frase que resume la película y más de una vida: <i>“Sin embargo, de camino al bar pensé que todo acabaría mal. Parece absurdo, pero es cierto. No oía mis pasos, eran los de un hombre muerto”</i>. MacMurray presiente en ese momento el fatal desenlace, pero sabe que ya es tarde para dar marcha atrás. Los espectadores teníamos desde mucho antes la certeza de que aquello terminaría mal, concretamente desde que la cámara de Wilder nos mostró a Barbara Stanwyck, bellísima mujer fatal, bajando las escaleras a golpe de tacón, con una pulsera asida al tobillo como si llevara marcado a fuego el mismísimo 666. En ese momento comprendimos que el bueno de Neff estaba perdido, como ese amigo que, en cuanto te ve devorar de dos tragos la primera copa, deduce cómo acabara tu noche.<br />
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Hay relaciones en las que uno entra descuidadamente, temerariamente incluso, como cuando sales en plan tranquilo, sin medir las consecuencias. Un par de cervezas y a casa, te dices engañándote a ti mismo. Pero la cosa se va complicando y tú te dejas llevar, sin querer pensar demasiado en el mañana, saboreando cada trago. Cuando te quieres dar cuenta ya has sobrepasado el punto de no retorno. La última y me voy, te repites entonces una y otra vez, con escasa convicción. Pero no te vas, no puedes irte, y te acaban cerrando el bar. Y te quedas solo, en la puta calle. Con la garganta ardiendo y unas ganas terribles de otra copa más, aunque sólo sea una.<b id="docs-internal-guid-13eef899-4c51-a6fc-11b8-69f0621fa93f" style="font-weight: normal;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-family: Arial; font-size: 15px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></b><br />
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-40320553389865048522013-07-23T13:39:00.001+02:002013-07-23T13:41:25.202+02:00Lonnie Donegan, los Beatles y el pequeño Willie<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_qO7EYrqS7K2HXgWB4bgNyBJiX12B6USDWU-VM7ux0iqyFeLfcYwrtgxm6uajSK6Ep81Wz5k6FCix0Be-IGTx1Ql2EXATATZTxYzcRdeLCGVBZabab7PBvtu8bJlQfq_qeZ-k0M7g2mg/s1600/world+cup+willie.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_qO7EYrqS7K2HXgWB4bgNyBJiX12B6USDWU-VM7ux0iqyFeLfcYwrtgxm6uajSK6Ep81Wz5k6FCix0Be-IGTx1Ql2EXATATZTxYzcRdeLCGVBZabab7PBvtu8bJlQfq_qeZ-k0M7g2mg/s320/world+cup+willie.png" width="316" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El pequeño Willie</td></tr>
</tbody></table>
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En el verano de 1966, Inglaterra se disponía a acoger la VIII Copa del Mundo de Fútbol. Por primera vez los inventores del balompié, que habían estado ausentes en las primeras ediciones mundialistas por discrepancias con la FIFA, organizaban una gran competición futbolística. Aquel fue el primer Mundial con mascota, un león llamado <i>World Cup Willie</i>. Ese mismo nombre adoptó la canción oficial del campeonato, interpretada por <b>Lonnie Donegan</b>, un veterano músico conocido como el "rey del skiffle” que había vivido su apogeo durante la década anterior.<br />
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<a name='more'></a>Era la segunda vez que el Campeonato del Mundo tenía canción oficial. Cuatro años antes, en Chile, <b>Los Ramblers</b> habían cantado <i>El Rock del Mundial</i>, un animado rock and roll con el que alentaban a la selección local. Cuando uno repara en las canciones que han amenizado los últimos Mundiales (<i>La Copa de la vida</i> de <b>Ricky Martin</b>, el <i>Waka waka</i> de<b> Shakira</b>, etc), no puede evitar pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor.<br />
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Donegan, que había nacido en Glasgow en 1931, empezó tocando en grupos de jazz a finales de la década de los 40, cuando su nombre aún era Anthony Donegan. En 1953 participó en un bolo junto al mítico guitarrista de blues <b>Lonnie Johnson</b>. El presentador se hizo un lío con los nombres y anunció a Lonnie Donegan. A Anthony le gustó y a partir de ese día se convirtió en Lonnie.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6eGrnVmfA10bMsDbqRNYp03qbdFnwI5HRwmjXm9StOluNkPOTBRbxsXFQwCIKiTaLk540pus9zBAWl1k1ufXqOgyHjAjQnjCndzxbCw3WFQ_ZS-WebiIJXU4IlQr_P4yNNzKLmIpDzxs/s1600/lonnie+donegan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6eGrnVmfA10bMsDbqRNYp03qbdFnwI5HRwmjXm9StOluNkPOTBRbxsXFQwCIKiTaLk540pus9zBAWl1k1ufXqOgyHjAjQnjCndzxbCw3WFQ_ZS-WebiIJXU4IlQr_P4yNNzKLmIpDzxs/s400/lonnie+donegan.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Lonnie Donegan</td></tr>
</tbody></table>
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Aunque no fue su inventor, Donegan popularizó en todo el Reino Unido el skiffle, una música sencilla y pegadiza, procedente de los Estados Unidos, que hundía sus raíces en el folk y el jazz. La instrumentación consistía en una guitarra acústica acompañada de instrumentos rupestres, tales como una tabla de lavar o un extraño bajo construido con una cuerda, un palo de fregona y una caja de madera, que recibía el nombre de tea-chest bass. A principios de 1956, Donegan dio la campanada con una versión de <i>Rock Island Line</i>, un clásico americano grabado originalmente por <b>John Lomax</b> y popularizado en 1949 por <b>Leadbelly</b>. El single se coló en el top 10 de las listas, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, adelantándose casi una década a la British Invasion.<br />
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La simplicidad del skiffle hizo que pronto surgieran grupos en cada esquina del país. Cualquiera podía montar una banda con cuatro libras y no mucha pericia instrumental. Una de ellas fue <b>The Quarrymen</b>, formada a principios de 1957 por <b>John Winston Lennon</b> junto a varios compañeros de clase en la Quarry Bank High School, después de que el adolescente John comprara el single Rock Island Line. Aquellos primeros Quarrymen tocaban sobre todo versiones de Donegan: <i>Cumberland Gap</i>, <i>Midnight Special</i>, <i>Railroad Bill</i>, <i>Worried Man Blues</i> y, por supuesto, el hit <i>Rock Island Line</i>.<br />
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Durante uno de los primeros conciertos de The Quarrymen, conocieron a un tal <b>Paul McCartney</b>, que asistía al show entre el público. Al poco tiempo se unió a ellos. Tras asistir a un concierto de Donnie Lonegan en el Empire Theatre de Liverpool a finales de 1956, el joven Paul había conseguido que su padre le diera 15 libras para agenciarse una guitarra. También a <b>George Harrison</b>, que sería el siguiente en entrar en The Quarrymen, le picó el gusanillo después de asistir, con apenas catorce años, a uno de los conciertos que Lonegan dio en Liverpool en aquellos días. Años después declaró: “Lonnie y el skiffle parecían hechos para mí. Era música fácil de tocar sabiendo dos o tres acordes”.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii5UBmNakEXHi8B0p8R_jp1bWgmblDZayCkfoKv3wKQz3Q4ABHIdK6NphTtB7t_1_NJkFxpJ2_ZJVZFhBGPxiFwyJ0tjA5JufmPN02m8z8wFnTnh93Uit6wm40Ax182BLeBLNvazz91-4/s1600/The+Quarrymen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii5UBmNakEXHi8B0p8R_jp1bWgmblDZayCkfoKv3wKQz3Q4ABHIdK6NphTtB7t_1_NJkFxpJ2_ZJVZFhBGPxiFwyJ0tjA5JufmPN02m8z8wFnTnh93Uit6wm40Ax182BLeBLNvazz91-4/s400/The+Quarrymen.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">The Quarrymen en 1958</td></tr>
</tbody></table>
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Después vendría <b>Buddy Holly</b> y<b> Elvis</b> y <b>Chuck Berry</b> y <b>Jerry Lee Lewis</b> y <b>Little Richards </b>y <b>Carl Perkins</b>. Mientras abrazaban el rock and roll que llegaba desde el otro lado del Atlántico, el skiffle se iba convirtiendo en un recuerdo del pasado para The Quarrymen. Pero su primera gran influencia, la referencia original de la que se había de convertir en la mejor banda de pop de la historia, ya bajo el nombre de The Beatles, fue Lonnie Donegan y su skiffle.<br />
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En el verano de 1966, mientras <b>Eusebio</b> conseguía un gol tras otro (hasta nueve), el norcoreano <b>Pak Doo Ik</b> <a href="http://belfast-boy.blogspot.com.es/2010/06/aquel-gol-de-pak-doo-ik.html" target="_blank">sorprendía al mundo con un tanto</a> que eliminaba a Italia y <b>Geoff Hurst</b> marcaba el gol fantasma más famoso de la historia, World Cup Willie sonaba en todas las emisoras británicas en la voz de Donegan. Para entonces, The Beatles eran ya más populares que Jesucristo (fue justo en marzo de ese año cuando Lennon pronunció la polémica frase). Acababan de editar Rubber Soul y estaban ultimando Revolver, que saldría en agosto. A pesar del breve repunte con World Cup Willie, Donegan y el skiffle habían caído ya en el ostracismo, fruto del auge de la música beat que lideraban los propios Beatles. A finales de los 70, Donegan volvió al primer plano con Puttin’ on the style, un disco producido por <b>Adam Faith</b> en el que regrababa algunos de sus clásicos con invitados de lujo como <b>Ringo Starr</b>, <b>Elton John</b>, <b>Brian May</b>, <b>Ron Wood</b>, <b>Leo Sayer </b>y <b>Rory Gallagher</b>. Poco antes había sufrido un infarto que le había obligado a pasar por el quirófano. Sus recurrentes problemas cardíacos fueron los responsables de su muerte en 2002. En 2010 <b>Lonnie Donegan Jr</b>, el hijo del "rey del skiffle", grabó una versión de World Cup Willie con motivo del Mundial de Sudáfrica.</div>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/Vn1ocjcD-ZE" width="480"></iframe>
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Texto publicado originalmente en <a href="http://www.linekermagazine.es/lineker-magazine-no11/" target="_blank">el número 11 de Lineker Magazine</a></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-80369260519481258362013-06-28T18:31:00.000+02:002013-06-28T18:33:36.419+02:00El penalti a lo Panenka es el nuevo gin-tonic<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU9JAfNww6gAXwIgY4N8nkskajo2PwkuMP2jUlnn-91uIWTntlkyqAMwSSL67nEkjbM_7Dx0ZueYiKUfbt3D5Crs5WEeV2RM3qAY8NB4sM5lZxrCqRl_O8A979rGOoa9-l-1SU-cejZf0/s600/Panenka.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU9JAfNww6gAXwIgY4N8nkskajo2PwkuMP2jUlnn-91uIWTntlkyqAMwSSL67nEkjbM_7Dx0ZueYiKUfbt3D5Crs5WEeV2RM3qAY8NB4sM5lZxrCqRl_O8A979rGOoa9-l-1SU-cejZf0/s400/Panenka.jpg" width="400" /></a></div>
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Durante años el penalti a lo Panenka fue una especie de animal mitológico, objeto de historias contadas por los más viejos del lugar que los jóvenes escuchábamos fascinados. Nos hablaban de un futbolista checo que, jugándose la final de la Eurocopa contra Alemania en la tanda de penaltis, se inventó un lanzamiento nunca antes visto. <b>Antonin Panenka</b>, que así se llamaba el hombre en cuestión, en lugar de lanzar el tradicional balonazo intentando poner la bola fuera del alcance del portero, acarició balón con un toque sutil para que se colara suavemente por el centro de la puerta, mientras <b>Maier</b>, el meta alemán, se dejaba caer hacia un lado. Ese insólito lanzamiento le dio a la selección de Checoslovaquia el único título de su historia.<br />
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<a name='more'></a>En aquellos lejanos días ver un penalti lanzado de tal manera era casi imposible. Quizás fuera a<b> Djalminha</b>, aquel genial mediapunta del Deportivo que se las tuvo tiesas con<b> Jabo</b>, al primero que vi yo lanzar a lo Panenka, creo que incluso en más de una ocasión. Aquello, en cualquier caso, seguía siendo un recurso extrañísimo. Pocos se atrevían con una acción que, si bien te podía consagrar, también te podía dejar con cara de gilipollas para el resto de tus días.<br />
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Últimamente, sin embargo, parece que los jugadores le han perdido el respeto y ver penaltis lanzados imitando a Panenka se ha convertido en habitual. En la Eurocopa pasada se lo vimos a <b>Pirlo</b> y <b>Sergio Ramos</b>, que se redimió así de su penalti a las nubes contra el Bayern. En el Mundial de Sudáfrica fue <b>Abreu</b> el que se la jugó en la tanda de penaltis contra Ghana. Anoche<b> Candreva</b> inauguró la tanda de penaltis batiendo a <b>Casillas</b> con un toque suave y centrado. Un penalti a lo Panenka era hace años algo original, extraordinario. Ni una tanda sin su panenka, parece ser el lema hoy.<br />
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Uno contempla este panorama como cuando al principio veía servir selváticos gin-tonics en garitos de moda, en vez del tradicional Larios con Schweppes de los tugurios habituales. Tan de moda está el asunto que Casillas hizo la estatua en otros dos penaltis de la tanda contra Italia, esperando que los lanzadores se apuntaran al carro<i> cool </i>y la pelota impactara mansa contra su pecho inmóvil. Menos el definitivo de <b>Bonucci,</b> lanzado fuera, el resto de los lanzamientos fueron fabulosos, casi imparables, pero ninguno quiso repetir lo de Candreva, quizás temiendo que los acusaran de <i>hipsters</i>, igual que hay gente que empieza a volver al Johnnie Walker o al Brugal, renegando ya del mainstream gin-tonic.</div>
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La moda pasará y, dentro de unos años, cuando alguien se atreva de nuevo, en una decisiva tanda, a lanzar un penalti tipo Panenka, nosotros recoredarmos, whisky en mano, aquellos tiempos en que las repisas de los bares estaban repletas de carísimas marcas de ginebra que sabían a mil cosas, pero apenas a ginebra.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-77700176304598341862013-06-25T13:26:00.000+02:002013-06-28T18:34:09.968+02:00Jugar al póker en gayumbos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIZhmgF0w9CalLlI2DHN23_4l9SjDh40Y1pdIDW3vRsTbcA0u20PkTpSKQf_lAbEP1FdXxVHKrW0oOsZmlsD13WJTTZlSGH98skzDTPIbyaddhJ7lsfJOwZb0ZxqVO7Twph8uQeV3XVl4/s1600/Paul+Newman+en+El+Golpe.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIZhmgF0w9CalLlI2DHN23_4l9SjDh40Y1pdIDW3vRsTbcA0u20PkTpSKQf_lAbEP1FdXxVHKrW0oOsZmlsD13WJTTZlSGH98skzDTPIbyaddhJ7lsfJOwZb0ZxqVO7Twph8uQeV3XVl4/s400/Paul+Newman+en+El+Golpe.jpg" width="400" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOjW6t5ym0TJM52e3Jm2i7RY7Zc9LPw_0JArf8KaI8LlbGW7Y6j4iaWM0Tmo9DHS6801MqfV0L5genKH72SGdfVcCs0rQM3baExdd-0X9uUmbRk1Gq2jMlDP9alPK6W03ZXB4dGhIYtEQ/s1600/el-rey-del-juego.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
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El relato de la actual selección española de baloncesto, campeona del Mundo y Europa y subcampeona olímpica, cuenta que todos estos éxitos se fraguaron en la pocha. Se dice que las partidas de cartas con las que los seleccionados mataban las horas muertas cimentaron una camaradería que se terminó reflejando en la cancha. En aquellos primeros años de éxitos baloncesteros, se comparaba el buen rollo de la selección de basket con el permanente ambiente enrarecido de la de fútbol.<br />
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<a name='more'></a>Según contaba ayer algún medio brasileño, unos cuantos jugadores de la selección de fútbol habrían seguido el ejemplo de sus colegas de la canasta, cambiando la pocha por el strip póker. <a href="http://www.marca.com/2013/06/24/futbol/copa_confederaciones/espana/1372094577.html?a=PRJbd81db3c73e08afb21048c2d2a901683&t=1372153526">La rocambolesca historia</a> se completa con un robo de mil euros, su denuncia y el posterior desmentido. Es posible que la partida sólo fuera un intento de estrechar lazos perdidos entre algunos internacionales. Donde no llega la mediación de terceros puede hacerlo el póker, capaz de consolidar amistades inquebrantables para toda la vida. Durante una época nos reuníamos un grupo de amigos de vez en cuando para jugar al póker. Quedábamos por las noches y, entre whisky y whisky, entre fulls y dobles parejas, nos daba la hora del desayuno. Recuerdo aquellas horas de humo, risas y camaradería con mucho cariño. Tengo que aclarar que nosotros nunca llegamos a practicar la variante strip. Todo lo más, en una noche tórrida, alguno se quedó en gayumbos para aliviar el calor. Sobra decir que ninguno le vimos la apuesta.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOjW6t5ym0TJM52e3Jm2i7RY7Zc9LPw_0JArf8KaI8LlbGW7Y6j4iaWM0Tmo9DHS6801MqfV0L5genKH72SGdfVcCs0rQM3baExdd-0X9uUmbRk1Gq2jMlDP9alPK6W03ZXB4dGhIYtEQ/s1600/el-rey-del-juego.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOjW6t5ym0TJM52e3Jm2i7RY7Zc9LPw_0JArf8KaI8LlbGW7Y6j4iaWM0Tmo9DHS6801MqfV0L5genKH72SGdfVcCs0rQM3baExdd-0X9uUmbRk1Gq2jMlDP9alPK6W03ZXB4dGhIYtEQ/s400/el-rey-del-juego.jpg" width="400" /></a></div>
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Una madrugada, por aquella época, estando con unos amigos de farra en un garito infecto, nos encontramos con un conocido. Puesto que la madrugada amenazaba con convertirse en mañana y los del garito amenazaban con desalojarnos a escobazos, nuestro amigo nos invitó a terminar la fiesta en su casa, con una partida de póker. Eran las 7 de la mañana y no teníamos nada mejor que hacer. Quién hubiera rechazado la propuesta. El hecho de que la noche le hubiera sonreído a nuestro amigo y llevase colgada del brazo a una chica que acababa de conocer no parecía impedimento para nuestros planes. Llegamos al domicilio, el típico piso de estudiantes, y nos pusimos a jugar manos y trasegar whisky. Los otros inquilinos se iban despertando y, conforme se desperezaban, se sentaban a la mesa, con su pijama y su cola cao, para incorporarse a la partida. Puro vicio era aquello. A todo esto, nuestro anfitrión se encerró en su cuarto con su conquista y sólo apareció dos veces. La primera, para preguntar si alguien tenía un condón. La segunda, definitiva, para pedir cartas y empezar a apostar, dejando a la dama durmiendo, es de suponer que razonablemente satisfecha.<br />
<br />
Terminamos la partida como al mediodía e hicimos lo único sensato que se podía hacer en esa situación: irnos de cañas, a derrochar las ganancias unos, a olvidar las pérdidas los otros. Creo recordar que no gané, pero logré escapar ileso, que no es poco. A la chica la dejamos durmiendo en el piso, sola. No me consta que después se echara nada en falta. Tampoco creo que en este caso hubiera mucho que robar, aparte de unas cuantas botellas de Johnnie Walker vacías, unos naipes gastados y algún condón usado.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-13395624515931611682013-06-07T12:13:00.000+02:002014-06-07T11:22:00.474+02:00El póster de Petrovic<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxtsvLJNZe5iUYHD00KIyh9_BanpPBo50gjfqp0GNHjqDQ_HlTWqAahKqgIrIih-k299vrbLCYboc8ox5xo6Sxeoh0X0WsmuxvGiTFnpJLdoOtwWGdr5LEbV1XfGW5-3yJfhSKWurvGBQ/s1600/Petrovic.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxtsvLJNZe5iUYHD00KIyh9_BanpPBo50gjfqp0GNHjqDQ_HlTWqAahKqgIrIih-k299vrbLCYboc8ox5xo6Sxeoh0X0WsmuxvGiTFnpJLdoOtwWGdr5LEbV1XfGW5-3yJfhSKWurvGBQ/s1600/Petrovic.jpg" /></a></div>
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Volví a ver hace poco <a href="http://www.blogger.com/"><span id="goog_1992773469"></span>aquel extraordinario partido<span id="goog_1992773470"></span></a> entre Real Madrid y Snaidero Caserta, con <b>Drazen Petrovic</b> y<b> Oscar Schmitz</b> enzarzados en un duelo salvaje, como dos pistoleros del Lejano Oeste. El croata se fue hasta los 62 puntos, mientras que Oscar se tuvo que conformar con 44. Ese día ganó el Madrid la Recopa, pero cuentan que allí mismo, en Atenas, empezó a perder la Liga, toda vez que el vestuario saltó por los aires, harto del protagonismo de Petrovic, aunque habrá quien argumente que el arbitraje de <b>Neyro</b> también tuvo algo que ver. Que Petrovic era lo que en el argot baloncestístico se ha conocido toda la vida como un chupón es tan cierto como que era tan condenadamente bueno que había poco que reprocharle. Cuando un tío te gana un título europeo metiendo 62 puntos, acusarlo de individualista resulta tan obvio como inútil.<br />
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<a name='more'></a>Yo odié al Petrovic de la Cibona tanto como amé al Petrovic madridista, en una de esas bruscas metamorfosis sentimentales que sólo son capaces de proporcionar el deporte y el sexo. Yo entonces era un crío y todavía me quedaba algún tiempo para descubrir lo segundo. Demasiado tiempo. Acompañado, se entiende.<br />
<br />
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Porque, las cosas como son, Petrovic en el equipo contrario era un auténtico hijo de puta. Provocador, arrogante y pendenciero. Un prodigio en el arte de meter canastas, pero un tipo odioso. No es que el cambio de camiseta modificara su comportamiento, pero entonces pasó a ser nuestro hijo de puta, como dicen que dijo <b>Roosevelt</b> de <b>Somoza</b>. Y eso ya sí molaba, claro.<br />
<br />
Ni que decir tiene que Drazen se convirtió inmediatamente en mi ídolo. Intentaba, con escaso éxito, imitar su tiro, su manejo de balón, la forma de botar éste entre las piernas o pasarlo por la espalda, el suspiro antes del tiro libre, incluso sus gestos tras encestar. Hasta tal punto llegó mi obsesión que empecé a jugar con la boca muy abierta, como hacía él debido a sus problemas para respirar por la nariz, según había leído en algún sitio, supongo que en la revista Gigantes del Basket, en la que invertía religiosamente buena parte de mi paga semanal en aquellos tiempos. Llevé tan lejos el mimetismo que lo terminé trasladando, sin darme cuenta, fuera de la cancha, hasta que un día mi madre me preguntó preocupada qué me pasaba, por qué respiraba con la boca tan abierta, como un pez fuera del agua. Me dio tanta vergüenza que se me quitó la gilipollez de golpe.<br />
<br />
Lo cierto es que pocas veces se vio a Drazen con la boca cerrada, pero yo sospecho que, más que por sus posibles problemas respiratorios, se debía a que siempre estaba presto a escupir una provocación. Cuando el Madrid ganó la Copa del Rey, se dirigió a<b> Aíto</b> desafiante, restregándole el marcador global en los enfrentamientos directos hasta ese momento: "¡Cinco a cero!" “¿Dónde se compra la bula para meter triples?”, añadió el croata, en respuesta a la acusación del entrenador barcelonista de que Petrovic poseía bula arbitral. Lo de “Aíto maricón” nunca llegó a aclararse: uno negó haberlo oído y el otro haberlo dicho.<br />
<br />
Petrovic se fue a la NBA y yo me quedé sin ídolo, animando sin mucho ánimo a un Madrid melancólico y decadente que no remontaría hasta la llegada de otro mito, <b>Arvydas Sabonis</b>. A Drazen le costó triunfar allí. Pasó años duros en los Trail Blazers de Adelman, pero en los Nets volvió a disfrutar y a mostrar su mejor baloncesto. Cuando, tal día como hoy hace 20 años, un accidente de coche acabó con su vida en los alrededores de Múnich, ya era una estrella de la NBA. Entre medias, ganó la plata con Croacia en Barcelona 92, en medio de la guerra que destrozó Yugoslavia y levantó un muro invisible entre él y su amigo <b>Vlado Divac</b>, como tan bien refleja <a href="http://www.youtube.com/watch?v=u2tCB3-FCKM" target="_blank">el documental ‘Once brothers’</a>.<br />
<br />
He estado rebuscando entre mis papeles y cachivaches, buscando aquel póster de un Petrovic elegante, inmortalizado de perfil, enfundado en la camiseta blanca de Parmalat, lanzando en suspensión, con los pies a medio metro del parqué, el cuerpo muy recto y el balón apenas rozando los dedos de su mano derecha. El póster no ha aparecido. Durante un tiempo decoró la pared de mi cuarto y lleva 20 años colgado en mi mente.</div>
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Foto: <a href="http://www.realmadrid.com/cs/Satellite/es/01_Enero_Basket_10-11/1330036736244/noticia/NoticiaEspecial/www.emirates.es">realmadrid.com</a></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-27413477084708854622013-06-05T13:54:00.000+02:002013-06-05T13:59:48.236+02:00No infravaloren a Gattuso<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh25RERMhhqU6BmRNUcV6P5PQEIdfmFVqw2pIvRfRLZi_cbnc2Wu-ZJR9T_gkZHnrasJA_skfQRUo8N1p1ffLPV7FwRiTQ2my08TMk0jGDb_xO5TkuGnfx2HhfYlBblkVeYj8u7Ya8kKKE/s1600/Gattuso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh25RERMhhqU6BmRNUcV6P5PQEIdfmFVqw2pIvRfRLZi_cbnc2Wu-ZJR9T_gkZHnrasJA_skfQRUo8N1p1ffLPV7FwRiTQ2my08TMk0jGDb_xO5TkuGnfx2HhfYlBblkVeYj8u7Ya8kKKE/s1600/Gattuso.jpg" /></a></div>
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Al término de un partido de la selección italiana en el Mundial 2006, un periodista le comentó a <b>Gennaro Gattuso</b> que había sido el mejor futbolista sobre el césped. “Por favor, no empecemos insultando al fútbol” fue la respuesta del futbolista calabrés. La principal cualidad de Gattuso era precisamente esa, ser consciente de sus limitaciones e incluso tomárselas con humor: tituló su autobiografía ‘Si uno nace cuadrado, no muere redondo’.<br />
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<a name='more'></a>Hay jugadores que se empeñan en demostrar su calidad y acaban pareciendo mucho peores de lo que en realidad son. Cada vez que <b>Iván Campo</b>, en sus días de madridista, intentaba salir desde el área con el balón jugado, sonaba un murmullo nervioso en el Bernabéu. Él intentaba sobreponerse y demostrar de qué era capaz, pero lo malo es que precisamente terminaba demostrando de qué era capaz. Es lo mismo que le pasa a ese adolescente que llega a casa borracho y se encuentra a sus padres aún levantados. En lugar de correr a encerrarse en su cuarto sin mediar palabra, intenta hacer ver que apenas va ligeramente achispado (“yo controlo”, cuántos dramas no habrá causado esta escueta frase) y apenas acierta a balbucear unas palabras antes de que su padre lo mande a la cama, emplazándolo a una charla para el día siguiente.<br />
<br />
Gattuso es tan listo que prefirió siempre hacerse el tonto, un poco a la manera de <b>Esperanza Aguirre</b>, que para cuando descubrimos que no era la lela inocente que contestaba a <b>Pablo Carbonell </b>en el CQC, ya era demasiado tarde. Al centrocampista italiano nadie se lo tomaba muy en serio (era feo, tenía los pies cuadrados y era paleto, incluso presumía de ello), pero antes de darnos cuenta se había convertido en fundamental en la conquista de dos Champions con el Milan y un Mundial con la selección italiana. Rodeado siempre de bellos cisnes (<b>Pirlo</b>, <b>Seedorf</b>, <b>Rui Costa</b>, <b>Kaká</b> en el Milan; <b>Totti</b>, <b>Del Piero</b>, <b>De Rossi </b>y el mismo Pirlo en la selección), la brega del patito feo Gattuso resultaba imprescindible.<br />
<br />
Gennaro Gattuso no era un prodigio técnico, pero tenía bien estudiado el análisis DAFO de sí mismo. Conocía sus fortalezas y debilidades, sabía para qué estaba dotado y para qué no; y eso también requiere un talento especial. Gattuso es el ejemplo de que con esfuerzo y siendo consciente de tus limitaciones se puede llegar alto. Y si te toman por tonto, casi mejor.<br />
<br />
El verano pasado recaló en el Sion francés, después de despedirse del Milan, el equipo de su vida, y de superar un problema en la visión que lo tuvo parado durante media temporada. En enero, tras el despido de Víctor Muñoz, se convirtió en el entrenador del equipo francés. Ahora Gattuso vuelve a Italia. La temporada que viene ocupará el banquillo del Palermo, club recién descendido a la Serie B y presidido por<b> Maurizio Zamparini</b>, un personaje pintoresco con el gatillo fácil: 43 entrenadores en 25 años, cuatro despidos en la última temporada. Ríanse del Gil y Gil de los buenos tiempos.</div>
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Tarea de Gattuso será que las camisetas rosas vuelvan a jugar en la Serie A dentro de un año. Los ingredientes no parecen los más adecuados para que el potaje salga bien: un entrenador bisoño, con apenas unos cuantos partidos al frente de un equipo profesional; un presidente que colecciona entrenadores destituidos como si fueran cromos, y un equipo acuciado por la necesidad del ascenso. Pero quién sabe, sería un error volver a infravalorar a Gattuso. Esperanza llegó a la Comunidad de Madrid de rebote, gracias al Tamayazo, y ya saben.</div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4822486316598606517.post-29823971763314123852013-06-04T17:43:00.001+02:002013-06-04T17:44:47.427+02:00Cuando el punk escandalizó a Inglaterra<div class="normal">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTy1AYRlRlMwkE79KmrYZDSvRc4FmHo9F4QBleXcc9o_hZDXJAj2qlueAUFz4rtwowAQSQjoTMhxTf_-dIR0OAanqs-3hPFvr3Rqhg-EKpajcGYK1oo8HLQ9D-S4wwjeGAcu6N5oeqjwI/s1600/SexPistolsBillGrundyGb210411.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTy1AYRlRlMwkE79KmrYZDSvRc4FmHo9F4QBleXcc9o_hZDXJAj2qlueAUFz4rtwowAQSQjoTMhxTf_-dIR0OAanqs-3hPFvr3Rqhg-EKpajcGYK1oo8HLQ9D-S4wwjeGAcu6N5oeqjwI/s400/SexPistolsBillGrundyGb210411.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Estamos a finales de 1976. El Liverpool de <b>Bob Paisley</b>, que
acaba de ganar Liga y Copa de la UEFA, avanza hacia su primera Copa de Europa,
mientras el Nottingham Forest de <b>Brian Clough</b> -que la ganaría un par de años
después- pelea por el ascenso en la Second Division, categoría donde <b>George
Best</b> apura sus últimos ratos de buen fútbol con la camiseta del Fulham. Estamos
a finales de 1976, a cinco minutos del estallido punk en las islas británicas</div>
<div class="normal">
<br /></div>
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En aquellos días se emitía en la cadena televisiva londinense
Thames el programa Today, un magazine en prime time presentado por un tal<b> Bill
Grundy</b>. La noche del 1 de diciembre de 1976 debía acudir para cerrar el
programa con una entrevista el grupo británico Queen. Sin embargo,<b> Freddy
Mercury</b> y compañía no pudieron asistir y su discográfica, la multinacional EMI,
echó mano de unos chicos que acababan de debutar en sus filas con un provocador
single titulado ‘Anarchy in the UK’. La banda en cuestión se llamaba <b>Sex
Pistols</b> y, aunque <b>The Damned</b> habían publicado un poco antes su ‘New Rose’,
aquel single significaría el verdadero pistoletazo de salida del punk
británico.</div>
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<br />
<a name='more'></a></div>
<div class="normal">
A la entrevista se presentaron los Pistols rodeados de varios
de su <i>troupe</i>, entre ellos la después
famosa <b>Siouxsie</b>, autora más tarde junto a sus Banshees del hit <i>postpunkero</i> ‘Hong Kong Garden’. Les hicieron esperar en un cuarto
bien provisto de bebidas y cuando entraron en el plató no se encontraban
precisamente sobrios.</div>
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<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/p25SdQEnhHI" width="560"></iframe>
<br />
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<br />
La entrevista fue un despropósito desde el principio. Los
Pistols no tenían discurso y Grundy no tenía qué preguntarles. El periodista
presentó a la banda afirmando que estaban tan borrachos como él, lo cual es
bastante probable que fuera cierto. A la tercera respuesta, <b>Steve Jones</b> soltó
el primer <i>fucking</i>. Más tarde <b>Johnny
Rotten</b> masculló un <i>shit</i> entre dientes
y Grundy le animó a que lo repitiera en alto. En lugar de apaciguar los ánimos,
el periodista parecía divertirse provocando a la banda, incitándolos a
explayarse con actitud condescendiente. Grundy bromeó (o no) flirtreando con
Siouxsie y Steve Jones bromeó (o no) insultando a al presentador, que seguía
alentando al grupo a escupir groserías. La entrevista se le había ido de las
manos. Tras tres minutos escasos, Grundy despidió el programa, enunciando su
deseo de no volver a cruzarse con los Sex Pistols. Demasiado tarde.</div>
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<br /></div>
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En realidad todo fue bastante pueril. Cuatro inocentes
exabruptos lanzados por unos adolescentes provocadores ante un presentador que
asistía al show entre atónito, desafiante y divertido. Un espectáculo patético
pero inocente, visto con perspectiva. Demasiado, no obstante, para la pacata
sociedad británica de los años setenta. Al día siguiente, el diario
sensacionalista Daily Mirror se hacía eco del incidente titulando en portada
con generosa tipografía <i>“THE FILTH AND THE FURY!</i>”. Y añadía: <i>“A por group
shocked millions of viewers last night with the filthiest language heard on
British television”</i>. El eco de la entrevista llegó a cada rincón del país.</div>
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifBAeTnf01WpPVj9dgyK-G9QIlBV8Y01EoV2Rp1HAX2YU0mFEZQpASw-MwZ_c1t6UlQiI0rj296HqoT5JMw8ItjeXq3Q9Dg9ayXLA6Bgv0cMiJTA2LRC4wnfu7oEBGQdYEcvPVyhv-Vvw/s1600/spdailymirror.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifBAeTnf01WpPVj9dgyK-G9QIlBV8Y01EoV2Rp1HAX2YU0mFEZQpASw-MwZ_c1t6UlQiI0rj296HqoT5JMw8ItjeXq3Q9Dg9ayXLA6Bgv0cMiJTA2LRC4wnfu7oEBGQdYEcvPVyhv-Vvw/s400/spdailymirror.jpg" width="321" /></a></div>
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<br /></div>
<div class="normal">
Al día siguiente, Bill Grundy fue apartado por la dirección de
la cadena de la conducción del programa. El periodista se justificaría diciendo
que su intención era “demostrar que esos patanes eran un grupo de gamberros
malhablados”, pero lo realidad es que, pese a que EMI rescindió el contrato con
el grupo y fueron vetados en algunos conciertos, la entrevista lanzó la carrera
de los Pistols y acabó con la del presentador.</div>
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<br /></div>
<div class="normal">
En enero de 1978, los Television Personalities de <b>Dan Treacy</b>
publicaban su segundo single, titulado ‘Where is Bill Grundy now?’. Lo cierto es que poco más se supo del presentador tras el incidente. La entrevista que ayudó a
impulsar el punk terminó con la carrera de Grundy. Moriría en febrero de 1993,
sin volver a estar al frente de un programa televisivo relevante.<br />
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="http://www.youtube.com/embed/Ym00Vp13tk0" width="480"></iframe><br />
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Texto publicado originalmente en <a href="http://www.linekermagazine.es/lineker-magazine-9/" target="_blank">el número 9 de Lineker Magazine</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03055795108856854164noreply@blogger.com1